En su peor momento político y judicial, el vicepresidente Amado Boudou sumó ayer su segundo llamado indagatoria en menos de tres semanas.
Esta vez es por haber inscripto a su nombre un auto cuya documentación era falsa, una vieja causa que nunca logró cerrar. El juez federal Claudio Bonadio lo citó para el martes 1° de julio.
Boudou deberá visitar otra vez el edificio de Comodoro Py y responder preguntas. En el Gobierno temen que haya un efecto catarata que pueda salpicar a otros funcionarios del Gobierno, imputados también por causas de corrupción.
La causa judicial contra Boudou comenzó en setiembre de 2009 por una denuncia que hizo la titular del Registro de Automotores número 2 de la Ciudad de Buenos Aires, María Gabriela Taboada de Piñero, luego de que la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad de Automotor (Dnrpa) hizo una auditoría en la que halló el trámite del auto de Boudou con papeles falsos. Se trata de un Honda CRX Del Sol, modelo 92, que fue inscripto a su nombre en 2003.
El auto fue comprado originalmente por Cayetano Campione y estaba radicado en el partido bonaerense de Moreno.
En 1997, Campione hizo una denuncia de venta: señaló que desde 1993 el auto no estaba a su nombre y que se lo había vendido a Atlántica Automotores, una concesionaria de Mar del Plata, la ciudad natal de Boudou. Por aquel entonces el auto circulaba con la vieja patente: B 2.423.822.
La Justicia analizó el “Legajo B” -donde quedan asentados todos las transacciones- y detectó varias irregularidades. En 2003, Boudou inició el trámite para cambiar la radicación del Honda a Capital Federal.
En el formulario asentó un domicilio inexistente, en la calle Berón de Astrada al 2.708, a metros del Riachuelo. No es lo único.
En el formulario 08 con el que se hizo la transferencia del Honda rojo patente WYT 716 se insertó una firma del ex ministro de Economía que es falsa. También se determinó que la verificación policial realizada para el repatentamiento del auto es apócrifa.
En su defensa, a cargo del abogado Jacobo Grossman, ex asesor del juez de la Corte Raúl Zaffaroni, Boudou acusó a los gestores que hicieron los trámites por pedido de quien por entonces era su pareja, Agustina Seguin.
Los gestos fueron indagados, al igual que dos funcionarias del Registro, y la propia Seguin, quien usaba el Honda.
En 2011, el juez Bonadio citó a indagatoria al Vice, pero Boudou pidió una postergación, al revés que en el caso Ciccone, donde quiso adelantar su declaración más de un mes. El caso siguió bajo investigación.
Otra de las irregularidades halladas en el expediente tiene que ver con el número de motor: en los papeles del auto sigue conservando el número de motor de fábrica, pero el Honda tiene un motor diferente porque el original se fundió en 1995.
En el Gobierno hay temor ante el nuevo pedido de indagatoria para el Vicepresidente. Aunque la causa sea menor, admiten que la defensa de Boudou que ideó Cristina Kirchner, con el objetivo de blindar a todo el Gobierno, no habría tenido éxito. “Ahora todos los jueces se van a animar”, razonó ayer un funcionario de segunda línea del Ejecutivo.
El auto que complica un poco más a Boudou figura entre los bienes que declaró ante la Oficina Anticorrupción. En esa declaración jurada aparece un error más: dice que el Honda CRX Del Sol -una hermosa cupé japonesa que se fabricó entre 1992 y 1998- le pertenece desde 1992. Pero en aquel entonces el auto era de Campione, ya fallecido.
Boudou corrigió su “error” cuando declaró tuvo que declarar sus bienes en la causa por enriquecimiento ilícito que tiene a cargo el juez Ariel Lijo: ahí señaló que el Honda fue adquirido el 8 de noviembre de 1993 (diez años antes de hacer la transferencia) y lo declaró por un valor de $ 15.000. Además aseguró que en 2009 se lo vendió a su hermano Sebastián por $ 31.500.
El Senado, paralizado por los líos del Vice
Las complicaciones judiciales de Amado Boudou forzaron al kirchnerismo a paralizar el Senado. Tras las apariciones mediáticas del Vice luego de prestar declaración indagatoria por el caso Ciccone, el oficialismo decidió modificar sus planes para darle “descanso” y eludir críticas y cruces con opositores.
La primera medida que tomaron los K para proteger a Boudou fue cancelar la sesión de esta semana.
Sin la urgencia del Gobierno por aprobar un proyecto, el objetivo inicial de mostrar al Senado “activo” durante el Mundial pesó menos que la necesidad de que el Vice esquivara los dardos que inevitablemente iba a recibir de opositores cuando presidiera las sesiones.
Así, salvo un cambio de último momento, durante junio no habrá debate en el recinto, que fue abierto por última vez el 28 de mayo, cuando el oficialismo avanzó con la polémica estatización de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y la reducción de impuestos al biodiésel.
Mientras la oposición en el Senado reclama que se pida licencia, en Diputados se engrosó la lista de proyectos reclamando su juicio político.
Acaso por este motivo Boudou no haya sido invitado el miércoles a participar de la reunión que las autoridades de los bloques parlamentarios mantuvieron con el ministro de Economía, Axel Kicillof, por el litigio con los fondos buitre.
“Era innecesario exponerlo. Y tampoco hubiera sido bueno para el propósito de la reunión que ocurriera algún entredicho”, explicó una fuente parlamentaria.
En su lugar, asistió el santiagueño Gerardo Zamora, presidente provisional del Senado, quien inevitablemente cobrará más protagonismo si Boudou sigue en la cornisa.
Con todo, Boudou recién volvería a verse las caras con opositores el 2 de julio, cuando se reanude la actividad en el Senado con el informe de gestión de Jorge Capitanich.
No obstante, ayer se especulaba con la posibilidad de que acompañara a Cristina en el acto de hoy por el Día de la Bandera.