La jugada que planea el fiscal Gustavo Stroppiana en el caso Próvolo

Su estrategia se apoya en que la mayoría de las pruebas de este primer debate, impactarán en la suerte de los acusados de las otras dos caus

La jugada que planea el fiscal Gustavo Stroppiana en el caso Próvolo
La jugada que planea el fiscal Gustavo Stroppiana en el caso Próvolo

Si hoy se quisiera imaginar una foto panorámica de pasado, presente y futuro del caso Próvolo, habría que pensar en una verde mesa de pool observada por tres árbitros -los jueces-  que ya vieron como el fiscal de Delitos Sexuales Gustavo Stroppiana metió la bola 1 (el juicio abreviado en el cual se condenó al "monaguillo" Jorge Bordón a 10 años de cárcel) y se apresta a realizar una nueva y compleja jugada magistral.

Ahora (en el actual juicio contra los curas Corbacho y Corradi y el jardinero Gómez) el fiscal deberá realizar un golpe de precisión: darle a la bola blanca con tal efecto que pueda impactar en la bola 2 (un cura), en la 3 (otro cura) y en la 4 (el jardinero), a la vez.

Stop: la jugada no termina ahí; sigue en el futuro (cuando se realicen el segundo y tercer juicio). En ese momento, la bola  2 (un cura) deberá impactar en la 5 (la monja Kumiko Kosaka, imputado en la segunda causa). Y las bolas  2  y 4 (cura y jardinero) deberán golpear a 8 bolas (los ocho empleados imputados en la tercera causa).

Si el fiscal Stroppiana logra realizar estas "carambolas" con éxito, las 12 bolas (los 12 imputados) deberán pasar una buena temporada dentro de las "troneras" donde ya está la bola 1 (el condenado Bordón).

Por supuesto que el fiscal tendrá rivales (los abogados defensores), como así también aliados  (los abogados de la víctimas). Todos, a su turno, deberán realizar su juego y a ninguno le gustará meter la fatídica bola negra.

Comunidad de prueba

La clave para entender este juego de pool es esta: existe una "comunidad de pruebas": la mayoría de las pruebas (los testimonios de las víctimas) relacionan y comprometen a todos los imputados porque, muchas veces,  son los mismo hechos.

"Esta comunidad de pruebas que estamos ventilando en este juicio inevitablemente va a ser base de las acusaciones de las causas que siguen", afirmó ayer el fiscal Stroppiana, al terminar la séptima jornada del juicio contra los curas provolinos  Nicola Corradi (83), Horacio Corbacho (59) y al jardinero Armando Gómez (57) por una larga serie de abusos contra los alumnos del terrorífico Instituto Próvolo.

Según explicó el acusador, los imputados de la primera causa (el condenado Jorge Bordón (55), los dos curas y el jardinero son "autores materiales de los hechos". 
Por su parte, la monja nipona Kumiko está imputada en 7 causas de abusos, en algunas como autora, en otras como participe.

En la tercera causa están involucrados la ex directora Graciela Pascual, la monja Asunción Martínez, otros ex directivos, personal y una psicóloga.

"Como son, en general, los mismo hechos, en futuros juicios no se discutirá la materialidad del hecho", advirtió el fiscal, para explicar cómo se relacionan las tres causas.

Todo está relacionado

Prueba de estas relaciones cruzadas, ayer, se escuchó el testimonio - obtenido en una cámara Gesell- de la testigo de identidad reservada N°2, quien se refirió una compañera de Instituto a la que le colocaron un pañal para ocultar las lesiones que le habría producido una brutal agresión sexual.

Pues bien, el presunto autor del abuso habría sido el sacerdote Corbacho y quien encubrió el hecho habría sido la monja Kumiko.

Querellantes quieren que la monja Asunción sea separada de la causa 3

En paralelo al juicio, ayer se realizó una audiencia donde se prolongó por 6 meses más el período de prisión preventiva para Graciela Pascual (la ex representante legal del instituto, imputada por omisión y dentro de la causa 3 de todo el caso).

Además de dar lugar al pedido de prórroga de la querella, se hizo también lugar a una observación de los abogados de los denunciantes. Tiene que ver con que Pascual integra la causa 3 del caso, junto a otras ex directoras, psicólogas, empleadas del instituto,  y la monja Asunción Martínez, superiora de Kumiko mientras estuvieron ambas en el instituto (Kosaka está sola en la causa 2).

Los abogados querellantes (Sergio Salinas y Oscar Barrera) pidieron que se separe la causa de Asunción de las otras imputadas, considerando que el abogado de la monja -Varela Álvarez, quien también defiende a Kosaka- "ha demostrado maniobras dilatorias" tanto en lo que tiene que ver con Kosaka como con Asunción dentro de la causa; mientras que las otras imputadas están con sus abogados aguardando la elevación a juicio.

Si bien no está la orden de que esto se concrete, según explicó Salinas-; la jueza recomendó que se hiciese lugar a ese pedido.

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