Hay dos ejemplos interesantes: “Cuentos breves y extraordinarios”, de Borges y Bioy Casares, y esa enciclipedia de microficiones que es “Historia de cronopios y de famas”, de Julio Cortázar.
Pero fue Luisa Valenzuela la que lo definió mejor: “No es como el chiste, que se acaba en el momento; es algo que agiliza la mente y que la gente aprecia”. Y continúa: “Una buena microficción puede ser la elaboración de una pequeña hipótesis condensada. Otras veces, es una manera de jugar dentro de unas reglas que al mismo tiempo que uno las respeta, las destruye.”
¿Por qué escribir microficción? “Porque soy muy lector de micros y me gusta mucho el género”, dice en principio el mendocino Leonardo Dolongiewich (28), mientras selecciona pequeños textos para leer esta noche sobre el escenario. Profundiza: “Siempre escribí cuentos y la microficción tiene un parentesco muy fuerte con el cuento, por su carácter narrativo y por el hecho de que ambos son una mezcla de mecanismos de relojería con embudos, ya que llevan de la nariz al lector hacia un final que puede ser sorprendente pero siempre debe ser lógico y necesario según lo que se venía tejiendo”.
Sabe, igual, que para la literatura el micro-relato es un género en discusión, tanto sub como sobrevalorado. “Es necesario aclarar que las microficciones no son cuentos resumidos o ‘cuentitos’, ya que son distintas las formas de escribir ambos géneros, son distintas las formas de leerlos, son distintas las expectativas del lector al encarar un cuento u una microficción”, aclara.
Podríamos pensar que, si Cortázar señaló que la diferencia entre novela y cuento es que la novela es el árbol y el cuento, la fruta donde está condensado, el microrrelato sería entonces una partícula más pequeña, con vida propia, algo así como una semilla germinal.
Dolongiewich admira ese mecanismo molecular: “Me fascina de la microficción el uso que se hace en la misma de la precisión del lenguaje, de las ambigüedades de las palabras o de las frases, en fin, el hecho de cómo se le saca hasta la última gota a la riqueza del lenguaje sin perder frescura y siempre pensando en llevar al lector a explorar toda la gama posible de emociones en muy pocas líneas”.
En Vereda íntima, pues, Leonardo Dolengiewich leerá microficciones de su primer libro, "La buena cocina".
Por su parte, el músico Facundo Silione (28) tocará temas de su primer disco solista, "Hola”, y de su segundo disco, próximo a salir. En algunos de los temas, Facundo estará acompañado por Valentín Bruno en guitarra y Fabricio Colombo en bandoneón.
El espectáculo, llamado “Vereda íntima”, se dividirá en tres bloques de canciones y tres bloques de microficciones, que se irán intercalando en escena.
Será en La Vereda Alta (Calle 25 de Mayo Nº 71, de Las Heras), a las 21.30.
En pequeñas dosis
Leonardo Dolengiewich
Es escritor y estudiante de Psicología. Ha participado en el taller literario "Aguijón", dictado por Leandro Hidalgo, y en el "Taller de la Palabra", dictado por Mercedes Fernández.
En repetidas ocasiones, ha sido parte del espacio de microficción en la Feria del Libro de la Provincia de Mendoza. Participó en los ciclos literarios “Pre.textos”, “Elefante” y “La primera necesidad” y en jornadas nacionales e internacionales de microficción.
Sus microficciones han sido publicadas en antologías, revistas literarias y sitios web especializados en el género, tanto de Argentina como de Chile, Perú, México y España.
Publica sus textos en: www.mepodesleeraca.blogspot.com.ar
Actualmente, se encuentro preparando su primer libro, “La buena cocina” que verá la luz en el año 2015.
Aquí, algunos de sus textos.
Héroe sádico
Se acercó hasta el borde del precipicio, mucho más allá del límite indicado por el guía. Todos lo miraron, alguno le gritó que volviera, que no se arriesgara. Se arrojó sin inmutarse.
Cuando no estaba salvando al mundo, Peter Parker se divertía a costa de los turistas que visitaban la ciudad.
Prejuicios
Él pasa horas frente al espejo. Quienes no lo conocen concluyen que es un tremendo narcisista. En cambio, sus familiares, todos vampiros como él, saben que sólo es un simple e inofensivo esquizofrénico.
Facundo Silione
Es músico y productor musical. Fue integrante de La casa, un cuarteto de rock surgido en San Luis, integrado por cuatro músicos mendocinos que estudiaban allí la carrera de Producción musical.
En 2012, sacó su primer disco solista, “Hola;”. Y en 2015, saldrá a la calle su segundo disco solista.
Actualmente, además de su proyecto solista (que incluye toques en vivo con guitarra y piano), toca sus temas con un cuarteto de rock y forma parte de la banda “El niño absoluto”, que en 2014 sacó su primer disco y se encuentra grabando su segundo trabajo discográfico.
