El costo de vida de los argentinos volvió a pisar el freno en junio, por tercer mes consecutivo, al ubicarse en el 2,7%, gracias a la suspensión de los aumento de tarifas hasta el verano y a la baja en el precio del dólar.
De esta manera, dijo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación acumulada en el primer semestre fue del 22,4% a nivel nacional y del 55,8% en los últimos doce meses.
Más que estabilidad cambiaria, en el sexto mes del año el peso argentino se fortaleció frente a la moneda estadounidense, dado que pasó de los 46,10 pesos para la venta el 31 de mayo a 43,70 el 28 de junio.
Esa calma en el frente cambiario generó dos cosas: por un lado, no hubo pass through, es decir, no hubo devaluación que pudiera pasarse al IPC; por otro, redujo los niveles de incertidumbre y expectativas inflacionarias.
Así, la inflación volvió a desacelerar. Los guarismos de los meses anteriores muestran que en mayo la suba del Índice de Precios al Consumidor había sido del 3,1%; en abril se ubicó en el 3,4%; en marzo, en el 4,7%; en febrero, en el 3,8%; y en enero, en el 2,9%.
Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el nivel general de inflación fue del 2,6% en el Gran Buenos Aires en junio; 2,8% en la región pampeana; 2,9% en el nordeste argentino (la zona más pobre del país); 2,8% en el noroeste; 2,6% en Cuyo; y 2,8% en la Patagonia.