El Indice de Precios al Consumidor (IPC) de Mendoza registró en junio una desaceleración con respecto a los meses anteriores y arrojó el dato más bajo en lo que va del año: 2,6%. Para los analistas consultados por Los Andes esto se debe a que fue un mes marcado por las estrategias monetarias de cara a las elecciones y a que varias subas de precios se trasladaron a julio.
Lo concreto es que en junio los precios crecieron a menor ritmo que los meses anteriores, incluso por debajo del mes de enero (2,7%) y el índice quedó muy lejos del valor más alto del año, que se dio en febrero (4%). En marzo comenzó a marcarse una tendencia decreciente (3,9%) que se profundizó en los meses siguientes.
La estabilidad del tipo de cambio, la entrada en vigencia a pleno del programa precios esenciales, el retraso en el aumento de los servicios (a nivel provincial la autorización para el incremento en la tarifa eléctrica se dio este mes y el impacto se notará en el IPC que se difunda en agosto) y el aplanamiento de tarifas hicieron que el gobierno pudiera celebrar una desaceleración en el último mes antes de las PASO.
Los rubros más afectados
El nivel general de Precios al Consumidor, según los datos de la Dirección de Estadísticas y Censos de la provincia, aumentó 2,6% en junio con respecto al mes de mayo y en lo que va del año acumula una suba del 21,8%. En tanto, la inflación acumulada de los últimos doce meses alcanza un 55,9%.
En el último mes los incrementos más significativos se dieron en los rubros atención médica y gastos para la salud (4,1%), alimentos y bebidas (3,6%) y transportes y comunicaciones (3,2%), tres rubros que explican más de la mitad del IPC del mes.
Igualmente, el índice general evidencia una tendencia de desaceleración. Sebastián Laza, asesor del ministerio de Economía, explicó que la estabilidad del dólar por segundo mes consecutivo y el aplanamiento de tarifas o cuasi congelamiento de tarifas que hubo en gas, luz y otros servicios públicos, contribuyeron a que se redujera el ritmo de los aumentos. "Ambos factores están ayudando a que se estabilicen los costos de las empresas formadoras de precios y se está desacelerando el remarcamiento", señaló.
La desaceleración
El mes de junio no presenta las subas estacionales que tienen diciembre, enero, marzo o julio (vacaciones, inicio de clases, entre otros factores), por lo que era de esperarse que los incrementos no estuvieran al nivel de esos meses.
Así lo estimó el economista de Evaluecon, José Vargas, quien señaló que además, la suba de combustibles se dio recién en julio. Este es uno de los precios de la economía que suele trasladarse a otros rubros y que impactará recién con los números del mes en curso.
"El tipo de cambio se amesetó y disminuyó el mes pasado. Eso hizo que los precios no subieran en la medida en la que lo venían haciendo. Además empezó a funcionar el programa "Precios Esenciales" en productos de la canasta de supermercados", destacó el economista.
Por otro lado, indicó que los precios habían “sobrerreaccionado” antes de que el programa de precios congelados entrara en vigencia y luego, con el plan del Gobierno en curso, tendieron a mantenerse quietos. En paralelo, el consumo se debilitó demasiado y la oferta no encontró demanda que resistiera mayores incrementos.
Por su parte, la economista Amalia Granata, destacó que esta desaceleración tiene que ver con "la política contractiva electoral que profundizó el Gobierno". Puntualmente, se refirió a "una política de pisar el tipo de cambio, con ventas diarias de dólares (fuga de capitales) y con tasas de intereses muy altas". Según Granata, se trata de "medidas de corto plazo que no tiene que ver con una política anti inflacionaria, sino con una campaña electoral".
Asimismo, según explicó la economista Leonela Navarrete, se esperaba que este mes se registrara una inflación menor a la de mayo, e incluso menor a la de junio de 2018, en parte por la estabilidad del tipo de cambio del último mes y en parte a que el aumento de las tarifas se concentró en el primer cuatrimestre.
La especialista, que pertenece al grupo de investigación y redacción del boletín económico "¿Qué Pasó? Resumen Económico de Argentina", consideró que es importante ir más allá de los datos arrojados por el IPC y analizar lo ocurrido con la inflación núcleo, ya que esta no tiene en cuenta aquellos bienes y servicios sujetos a regulación o comportamiento estacional. Según el Indec, la inflación núcleo fue de 2,7% en junio y de 23,3% en el acumulado del 2019 para la región Cuyo (levemente por encima del dato provincial).
Por su parte, el economista Daniel Garro, titular de Value International Group, opinó que la desaceleración responde a la "artillería del Banco Central de la Repúlbica Argentina (BCRA) para que el dólar no se mueva". No obstante, advirtió que a pesar de esta estrategia y de la llamada "variación cero de la base monetaria", las medidas no alcanzan "porque ambas están basadas en el error de creer que porque el tipo de cambio se mantenga, los precios no van a moverse".
“La suba del dólar no es la que hace subir los precios. Se trata de un fenómeno monetario. La moneda se emite igual y aunque el Gobierno después la absorba, los precios se ajustan entre oferta y demanda en tiempo real, es decir al momento de la emisión”, explicó.
"Actualmente la emisión del Banco Central no es realmente cero, sino que el Gobierno absorbe lo que emite con altas tasas de interés que generan mayor inflación futura", completó el especialista.
Futuro incierto
De acuerdo con el asesor del ministerio de economía, Sebastián Laza, la desaceleración de la inflación puede mantenerse hasta octubre, pero el resultado de las elecciones presidenciales podría significar cambios en las variables económicas.
Para Navarrete y su socia Ana Paula Poblete, "para julio de 2019 el dato se espera en igual dirección siempre y cuando se mantengan todos los dispositivos actuales, fundamentalmente teniendo en cuenta que el control de inflación (y la estabilidad cambiaria) parece haberse vuelto el objetivo estrella del gobierno en materia económica, de cara a las elecciones nacionales. Esto último, aun a costa de –con una tasa de interés de referencia de alrededor del 60%– mantener ahogado el nivel de actividad en la mayoría de sus sectores, del que por lo pronto no se observan signos de recuperación de acuerdo con datos del EMAE en relación a igual mes del año anterior que publica el INDEC".
A nivel país el IPC fue superior al de la provincia
De acuerdo al informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó 2,7% a nivel nacional en junio, superando por 0,1 puntos porcentuales al resultado registrado en Mendoza. Sin embargo, la tendencia general es la misma: desaceleración.
Los resultados oficiales reflejan un período de tres meses consecutivos con disminución del ritmo de inflación, gracias a la suspensión de los aumento de tarifas hasta el verano y a la baja en el precio del dólar.
De esta manera, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación acumulada en el primer semestre fue del 22,4% a nivel nacional. Si se hace un balance de los últimos doce meses, se encuentra un aumento del IPC del 55,8%.
El contexto económico
El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, se refirió a los resultados del IPC publicados por el Indec y aseguró que "están dadas las condiciones para que la inflación siga bajando". Para justificar su postura, enumeró tres variables que favorecerían la tendencia decreciente.
Por un lado, advirtió que el Gobierno va hacia el equilibrio fiscal. Eso garantiza que el Banco Central no tenga que incursionar en la emisión monetaria para financiar el Tesoro Nacional.
En segundo término, señaló que hay un tipo de cambio que ya se ha corregido y es competitivo. "Esa corrección del tipo de cambio que se dio durante el 2018, tal vez no en la forma planeada ni deseada, un poco a los golpes, ayuda a que ese desequilibrio que arrastraba la economía se haya resuelto", admitió.
Por último, recordó que ya se hizo la corrección de tarifas que se necesitaba, porque las mismas no cubrían el costo de producción de la electricidad, el gas y transporte, entre otros.