Ni el Gobierno ni las distintas organizaciones de la sociedad civil pudieron celebrar, por las actuales circunstancias de salud, el Día Mundial del Agua, que por calendario correspondíó este año a un domingo de marzo..
La declaración de la jornada -22 de marzo- data de 1992, cuando Naciones Unidas la instituyó en la Conferencia sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro, con foco en la importancia del agua dulce como un recurso insustituible y fundamental para la vida.
Destacamos en especial dos ejes, uno de ellos vinculado a los duros acontecimientos que la humanidad enfrenta actualmente: el nexo entre agua y el cambio climático; y el líquido como herramienta imprescindible en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
A esta conmemoración se le añaden eventos anuales específicos en torno al recurso (por ejemplo, el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua, 2013) e incluso periodos de acción (como es el caso del actual Decenio «Agua para el Desarrollo Sostenible», 2018-2028).
Todo ello no hace sino reafirmar que las medidas hídricas y de saneamiento son claves en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
Desde el ámbito de Mercociudades, que es una asociación conformada por ciudades del Mercosur y la Unasur, que data de 1995, se pretende aportar a la toma de conciencia sobre los millones de personas que viven sin acceso a agua potable en el mundo, y trabajar en el diseño e implementación de medidas para abordar la crisis mundial del agua, siguiendo así el espíritu del Objetivo de Desarrollo Sostenible, que manda disponer agua y saneamiento para todos en 2030.
En lo que concierne al cambio climático los desafíos son combatir las sequías, los eventos climáticos extremos, el aumento del nivel del mar, etc. Por eso los especialistas advierten que a medida que se altera nuestro clima también lo hace el agua, y directamente los organismos vivos que de ella dependen.
Profundizar las medidas no solamente de mitigación, sino también de adaptación al cambio climático, exige utilizar el agua de manera cuidadosa y eficiente, prepararnos para aquellos cambios que ya comienzan a manifestarse y por tanto proteger la calidad de vida de nuestra población.
Como ya dijimos, y nunca está de más insistir, en el actual combate contra la pandemia Covid 19, el agua es una de las mejores armas, ya que el lavado de manos es esencial para prevenir enfermedades infecciosas, y en particular para contener la propagación del virus.
Tenemos que lograr que vecinas y vecinos de nuestras ciudades que cuenten con agua de calidad y jabón, sigan los pasos y se unan a la campaña #Manos Limpias#».
Cerramos este comentario con una cita del joven médico argentino, Nicolás Wertheimer, fundador del proyecto Agua Segura:
“En el Día Internacional del Agua y en tiempos de pandemias, necesitamos líderes innovadores que vean la oportunidad de crear soluciones sostenibles. Necesitamos un propósito; el mío fue hacerle frente a la crisis del agua a través de un modelo económicamente sostenible…”.
