Las iglesias católicas de Mendoza aspiran a volver a oficiar misa con presencia de fieles, en caso de ser aprobada la propuesta que envió ayer el arzobispo Marcelo Colombo al gobernador Rodolfo Suárez, en la que plantea la necesidad espiritual de los feligreses de participar de este sacramento, a la vez que propone un protocolo de 15 puntos para cuidar la salud de los concurrentes.
Si bien es un pedido que nace desde el Arzobispado de Mendoza, estiman que otras provincias podrían sumarse, teniendo en cuenta que en muchos lugares comenzaron una paulatina flexibilización de actividades.
Marcelo De Benedectis, vocero de la arquidiócesis mendocina, dijo que la petición surgió “por la realidad que está viviendo la provincia” y destacó que fue un pedido de los fieles: “Es un dolor muy grande no poder celebrar cada día la Eucaristía porque es esencial en la vida cristiana”.
El protocolo propuesto por la Iglesia local establece medidas de seguridad para los fieles, entre las que se destacan: asistencia no por número de DNI sino por capacidad del templo (podría ingresar sólo el 25% de total admitido por metro cuadrado), respeto del horario similar al del comercio (de 9 a 18), alcohol en gel obligatorio para los ingresantes, respeto de dos metros de distancia entre personas.
Otra propuesta es que no habrá agua bendita ni saludo de la paz; la hostia se entregará en la mano y se dispondrá de dos puertas, una de ingreso y otra de salida, ambas con trapos de piso con lavandina.
En la carta que envió el arzobispo al gobernador manifiesta que este paso está fundamentado en la respuesta anterior de los fieles a la apertura de las iglesias, y pone de relevancia que gracias a las medidas tomadas por el gobierno nacional (concurrir de acuerdo al DNI) se pudo mantener una afluencia ordenada.
"No han sido muchedumbres las que han concurrido dado que hay numerosos fieles que pertenecen a los grupos de riesgo", opinó De Benedetcis. "Esto ha facilitado la ordenada realización de estas visitas, la distribución de fieles según su número de documento", recalcó.
En este sentido, el vocero dijo que "la reapertura de los templos fue un alivio espiritual, la gente concurrió con respeto cumpliendo las indicaciones en las parroquias".
Por su parte, Colombo destacó la labor de los sacerdotes durante esta etapa previa: "Los párrocos han aplicado acabadamente lo dispuesto en la normativa provincial y nacional, en materia de higiene y seguridad", dijo.
Sin embargo el arzobispo sabe que el pedido debe ser enviado a la Nación, tras lo cual será evaluado por un comité de expertos para una posible aprobación: "Toda modificación o mejora que se vea necesaria, será bienvenida", destacó en la misiva.
Por último, el referente católico recalcó que pesa sobre sí la responsabilidad del cumplimiento de las normas propuestas: "Como arzobispo de Mendoza, me comprometo a observar los protocolos que establezcan las autoridades nacionales, provinciales o municipales de los departamentos que integran la jurisdicción de esta Iglesia particular a mi cargo", dijo.
Finalmente,remarcó que la situación en cuanto a salubridad fue lo que lo animó presentarse con esta solicitud frente al gobierno de Suárez: "Los escasos casos de contagio reportados, la exigua cifra de personas en recuperación y la creciente apertura de otras actividades, invitan a acoger este pedido de los católicos mendocinos de celebrar los sacramentos, tan necesarios para su bien espiritual, el de sus familias y de la comunidad".