La Iglesia católica puso más presión sobre el gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro, al asegurar que se convirtió en una "dictadura" que se consolidará con la elección, el 30 de julio, de una Asamblea Nacional Constituyente.
El clero venezolano se sumó así al rechazo a esa iniciativa expresado por la oposición y la fiscal general, Luisa Ortega, devenida en la mayor adversaria de Maduro tras años de línea oficialista.
La Constituyente "será impuesta por la fuerza y sus resultados serán la constitucionalización de una dictadura militar, socialista, marxista y comunista", aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Diego Padrón. El prelado sentó la contundente posición de la Iglesia sobre la crisis política, institucional y económica que vive el país en el discurso de apertura de la asamblea anual de la CEV, en el que subrayó que los obispos están en "plena comunión" con el papa Francisco.
Maduro sostiene que la Constituyente traerá la recuperación económica y la paz a un país convulsionado desde hace tres meses con protestas que exigen su salida del poder, y que dejan 91 muertos. Pero a medida que se acerca la elección de la Constituyente, la tensión aumenta.
"Una distracción"
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que ha llamado a desconocer al gobierno, prepara para el 16 un plebiscito simbólico para demostrar, según sus dirigentes, que esa iniciativa es rechazada por la mayoría de los venezolanos.
Agobiados por la profunda crisis económica, un 80% de venezolanos rechaza la gestión de Maduro y un 70% está en desacuerdo con la Constituyente, según la firma Datanálisis.
La oposición confía en detener la elección de la Constituyente con la consulta popular, para la cual, confirmó Padrón, la Iglesia autorizó a usar sus instalaciones, excepto los templos.
La MUD anunció que los rectores de las principales universidades del país serán los “garantes” de ese proceso que Maduro considera ilegal y que no cuenta con el aval del poder electoral, al que sus detractores acusan de servir al gobierno.
El "suprapoder"
La cúpula eclesiástica venezolana, que se reunió con el papa Francisco hace un mes, ha criticado en reiteradas ocasiones a Maduro, aunque nunca de forma tan contundente como ahora, por lo que altos funcionarios la tildan de “partido político” opositor.
Al igual que la oposición, los obispos creen que la Constituyente permitirá “la permanencia ilimitada del actual gobierno en el poder” y la “anulación de los poderes públicos” como el Parlamento, de amplia mayoría opositora.
Según un estudio de Latinobarómetro, 79% de los venezolanos se declaraba católico en 2013.
Maduro ha acusado a la Conferencia Episcopal Venezolana de ignorar los llamados al diálogo del Papa, pero Padrón aseguró que esa palabra está "devaluada" en Venezuela y consideró que una auténtica negociación para resolver la crisis pasa por convocar a "elecciones universales, directas y secretas".