Es la hora de ganar. Sin dudas, el Azul necesita empezar a cantar victoria.
Y es que el elenco de Martín Astudillo sólo ha sumado un punto de seis disputados, poco para un equipo que tiene la obligación de realizar una gran campaña con el objetivo de evitar descenso.
El bautismo no fue el mejor porque la historia terminó en derrota ante Brown de Madryn, mientras que en casa no pasó del empate contra All Boys, un rival directo en la zona baja del descenso.
La misión es complicada, pero no imposible para el conjunto leproso.
La próxima estación para Independiente es Caballito, donde lo recibirá Ferro, con puntaje ideal y uno de los punteros del campeonato.
No hay dudas que será una prueba de fuego para el Azul, sabiendo que no puede darse el lujo de dejar unidades en el camino. Un examen más que exigente.
El adiestrador sabe que debe sumar, y por eso no habría que descartar que modifique el sistema táctico, teniendo en cuenta la presentación en el Bautista Gargantini.
En el Parque jugó con tres puntas definidos, algo que parece poco probable que suceda el sábado (17.40 por TV, con el arbitraje de Pedro Argañaraz).
¿Qué puede ocurrir? Que salga uno de los delanteros e ingrese algún volante, y en este sentido tienen fichas Fausto Montero y Matías Villarreal. El primero va por afuera, mientras que el jugador de la cantera se mueve más por el centro.
Todo se irá delineando esta tarde, cuando el DT realice la práctica formal de fútbol en su estadio.