La histórica escuela Patricias Mendocinas celebra sus 100 años

Fue creada en 1915 para educar sólo a niñas. El rico pasado y los personajes de uno de los colegios más tradicionales de Mendoza.

La histórica escuela Patricias Mendocinas celebra sus 100 años
La histórica escuela Patricias Mendocinas celebra sus 100 años

La escuela Patricias Mendocinas, en el corazón de la ciudad de Mendoza, mañana cumple hoy un siglo de existencia y bien vale la pena hacer memoria, para traer al presente su historia y  los detalles que la convierten en única.

El histórico edificio (ya demolido) de la escuela N° 1-123 Patricias Mendocinas se ideó y construyó por decisión del gobernador Arístides Villanueva en 1872, con parte del dinero que Chile y Uruguay habían donado a Mendoza tras el devastador terremoto de 1861.

Según contaron autoridades, los terrenos donde se edificó fueron donados a condición de que en el lugar siempre funcionara una escuela para niñas. Así se ha mantenido hasta nuestros días.

En principio, fue destinado a la formación de maestros normales, con el nombre de Escuela Sarmiento, hasta 1899. En diciembre de 1914 y por resolución número 736 de la Dirección General de Escuelas, a cargo de Manuel Antequeda, se resolvió crear una institución cuyo objetivo y principal meta fuera potenciar la cultura femenina, desarrollando en las niñas capacidades y destrezas que las prepararan para el rol de dueñas de casa y mejores madres de familia. La resolución también agregaba que a partir del 10 de mayo de 1915 funcionaría en ese lugar la Escuela de Señoritas Patricias Mendocinas con un anexo que debía destinarse al “kindergarten” (jardín de infantes).

Fueron 120 las niñas que pudieron asistir al primer año de funcionamiento de la escuela, aunque más tarde la plantilla se amplió por la demanda social. La institución funcionó hasta 1932 de primero a tercer grado. Desde ese año y hasta 1940, hasta cuarto grado; y luego comenzó con el quinto y sexto. Dice un texto de la época al respecto de la inauguración del edificio: “Está dotado el noble establecimiento de suntuoso local, de lujoso mobiliario, de amplios patios y elegantes jardines”.

Demolición y mudanza

En 1981 el viejo edificio vio la luz por última vez: fue el último ciclo lectivo que cursó en esas paredes. Al año siguiente se demolió. Esta decisión fue fuertemente cuestionada y se insistió en que debía conservarse la fachada original. Quienes sostuvieron esta bandera con más vehemencia fueron la Asociación de Damas Pro Gloria, la Junta de Estudios Históricos y el Colegio de Arquitectos.

Sucedía que las condiciones edilicias no eran las adecuadas, por lo que las alumnas se trasladaron a la Escuela Hogar, ubicada en el Parque San Martín. Habría que esperar hasta 1984 para retornar al lugar ubicado en calle Gutiérrez, entre PatriciasMendocinas y Mitre. Ahora con un edificio hecho a nuevo.

En 1990 la escuela celebró sus 75 años. “Siempre se festejó el cumpleaños con una torta enorme para todas las alumnas. Con los años se cambió por una torta para cada curso y luego se hizo un festejo más modesto, pero siempre haciendo algo alusivo”, contó la docente Mirta Rocca, quien fue muy importante para esta recopilación de datos históricos junto a Susana Zucchelli.

Paralelamente, cuando la escuela mantenía su impronta religiosa, en los aniversarios se hacía una misa en la iglesia San Francisco. Este acto se trasladó al salón de actos de la escuela, cuyas misas las daba el reconocido padre Vladi. “En los últimos años se han hecho actos ecuménicos”, aclaró la directora actual, María Luz Cerdán.

El uniforme

Uno de los emblemas de este colegio -además del reloj de carillón (ver aparte) y las esculturas de unos estudiantes y unos perros- es el uniforme de las alumnas. El mismo hasta hace unos años era distintivo de la Patricias Mendocinas.

“Siempre se distinguió a las nenas por su guardapolvo blanco, con tabletas, prendido atrás. Los zapatos eran oscuros, las medias azules y la vincha blanca. Para educación física, un pantalón azul con una chomba blanca”, contaron las autoridades. De todas formas, por las fotos de otros años se puede apreciar que las jóvenes estudiantes hacían educación física con falda.

Por último entre las alumnas famosas que vivieron su infancia en la Patricias Mendocinas se encuentran dos actuales reinas vendimiales: la de Capital, Evelyn Ghisaura, y la de Las Heras, Estefanía Castañeda. En tanto, Carlina Torrez Araujo y Custodia Zuloaga son dos de las directoras más recordadas. Zuloaga, de hecho, fue la primera en dirigir la escuela.  La andinista Virginia Iglesias, y la locutora y humorista Milca Durán, también son recordadas como célebres ex alumnas.

Además, muchas de las actuales alumnas tienen madres y abuelas que concurrieron y que orgullosas dicen: “Yo soy una Patricia”.

El centenario reloj de carillón, en el abandono

Durante mucho tiempo el reloj de carillón fue el emblema de la escuela Patricias Mendocinas y hoy, por falta de mantenimiento, luce un triste abandono.

Hace tiempo hubo una iniciativa, para su restauración, del ex legislador Andrés Da Rold. En su proyecto de ley recordaba que el reloj es una reliquia histórica de la provincia, ya que data de 1800, aproximadamente. En 1879, la Capital dispuso adquirirlo para beneficio de sus vecinos. Para ello se construyó una base en forma de torre en la actual plaza San Martín (ex Cobo), para que en la planta baja funcionara parte del mecanismo y en lo alto las cuatro esferas combinadas para marcar la hora.

Durante el gobierno de Elías Villanueva (1878-1881) se puso en funcionamiento. El 25 de abril de 1903 la comisión pro monumento al General San Martín decidió instalar la estatua al máximo prócer en el sitio que ocupaba el reloj en el centro de la plaza. El elemento debía ser donado para instalarse en el Templo de San Francisco, acción que se desechó por las condiciones en que quedó la torre de la iglesia tras el terremoto de 1884.

Luego se estudió la posibilidad de su traslado a la Casa de Gobierno, pero todo quedó en la nada. Finalmente, el profesor Manuel Antequeda, Director General de Escuelas, procedió a reconstruir el reloj en la escuela Patricias Mendocinas. Allí quedó instalado marcando el tiempo para todo su vecindario, que se encariñó con el tañido de sus ocho campanadas, dispuestas de manera tal que una de ellas hacía de música de fondo y las otras recorrían la melodía del pentagrama en un sonoro arpegio.

El reloj dejó de funcionar debido a desperfectos, pero desde la década del ‘40 y por más de 30 años, el señor Juan Aberto Loyola, que en aquella época tenía hijas que concurrían a la escuela, se ocupó del mantenimiento del mecanismo.

Con la demolición del antiguo edificio de la escuela Patricias Mendocinas y la construcción actual, inaugurada el 2 de diciembre de 1983, nuevamente se desmontó la máquina y se demolió la torre en la que se emplazaba. Las campanas y los restos del mecanismo de relojería se exponen ahora en el patio principal del establecimiento.

La celebración

Los actos por el centenario de la escuela Patricias Mendocinas se realizarán desde las 17 en el teatro Independencia. Están invitados el gobernador de la provincia, Francisco Pérez; la directora general de Escuelas, María Inés Abrile de Vollmer; la ministra de Cultura, Marizul Ibáñez;  el intendente de Capital, Rodolfo Suárez; autoridades de la DGE, ex docentes, ex directivos y ex alumnas, entre otros.

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