Independiente Rivadavia perdió por primera vez en el campeonato, esa es la noticia. Pero de ninguna manera puede decirse que mereció volver a Mendoza con las manos vacías, ya que en la ciudad cordobesa de San Francisco fue amplio dominador de las acciones, con la idea fija de salir a ganar el asunto. El tema es que pecó de inocente en los metros finales, no supo cambiar producción por goles y culminó el juego ante Sportivo Belgrano por 2-1 al cabo de la tercera fecha de la Primera B Nacional.
Ya en el amanecer del encuentro avisaban Coronel, González Vega y Velázquez, siempre con un Azul protagonista que iba a adueñarse de la pelota como en gran parte de la tarde-noche. La generación de juego pasó por los pies de Rearte, Tonetto y el “Bebu” Velázquez, sin embargo, la última línea del Verde aprovecharía la falta de definición mendocina y controlaría así el andamiaje del partido con más suerte que prestancia.
A un goleador no se le pueden dejar espacios, regla primordial. Independiente lo sabía, pero le permitió a César Carignano (ex Lepra) meter un frentazo que rompería el cero en el arco de Josué Ayala en la primera intentona de Sportivo. Un premio demasiado grande para un elenco que se replegó permanentemente con dos líneas de cuatro hombres detrás del círculo central.
La segunda parte presentaría una lógica ineludible en el esquema de Independiente: más gente en ataque y a buscar el empate. Los intentos aparecieron, la movilidad también. Aunque ese vértigo dejaría en evidencia a la defensa leprosa, que la pasó mal en más de una oportunidad.
Juan Pablo Francia, la figura de la cancha, canjeó por gol un contragolpe letal de los de Ramacciotti cuando ya no había mucho tiempo para más. Dos a cero y caras de desconcierto en un banco azul que no le encontraba explicación a tanta chance desperdiciada. Las más claras fueron en los pies de los ingresados Claudio Velázquez y Arnaldo Castorino.
El mismo “Chucky” Castorino, que vino desde Paraguay a ganarse un lugar, originó el descuento visitante: centro al área, mano de Urquiza y gol de Walter García desde los doce pasos.
El final fue como usted se lo está imaginando, con un Independiente (3-4-3) decididamente volcado en ofensiva y soñando con la heroica, como tratando de hacer en segundos lo que no pudo en más de 90 minutos. Penel, de discreta labor, pitó el final y la historia ya está juzgada. Como en la temporada pasada, la Lepra cayó por la mínima en el estadio Oscar Boero y regresa a la provincia con un sabor amargo después de haber originado un partido correcto, aunque flojo en los metros decisivos.
Pero habrá revancha y será pronto. El viernes, en el Gargantini y ante Atlético Tucumán, Ricardo Rodríguez y sus muchachos tendrán la oportunidad de dar vuelta la página, olvidar el cachetazo y retomar el camino de la victoria.
El plantel regresó a la Posada Azul
Tras el encuentro ante Sportivo Belgrano de San Francisco, el plantel dirigido por Ricardo Rodríguez emprendió el regreso vía terrestre a la ciudad de Mendoza.
Estaba previsto que el micro que los trasladaba llegara en horas de la madrugada y los jugadores se quedaban a descansar unas horas en la Posada Azul y luego realizarán movimientos regenerativos, teniendo en cuenta que el viernes tienen un nuevo compromiso.
