Puño cerrado descargando tensión. Nueva victoria, otra vez 1-0. No le sobra ni para los chupetines, pero gana. Toma distancia del resto con modestas pero efectivas armas: lucha, firmeza y practicidad. No se complica nunca.
Su mayor virtud es conocer a la perfección sus limitaciones y las disimula, las maquilla al punto tal que pasan inadvertidas. Nadie recibe limpio en su campo, siempre hay alguien para los relevos y sale rápido con pelotazos largos para que Suraci busque la falta o peine para Lucero o Jofré.
Parecen argumentos sencillos y hasta básicos, Hasta ahora, por lo menos, le sobra para someter a sus rivales de turno y no dejar duda alguna de su superioridad en todo aspecto.
El partido fue ordinario porque CEC también renuncia deliberadamente a la elaboración de juego y se repetía una y otra vez en pelotazos para Díaz, que ganó en varias oportunidades pero la defensa local estuvo siempre atenta a la segunda jugada (Poblete y Masuero son dos leones).
Por eso el pitazo final de Mostacchio y la victoria se festejó con el puño cerrado y descargando tensión. El partido, y tampoco la performance del equipo, daba para la ovación.
Castellanos sufrió una seria lesión
Uno de las tantas pelotas largas que caen sobre uno de los laterales de la cancha, la van a disputar Jofré y Castellanos. El hombre de Argentino se resbala sobre la línea y cae sentado, mientras que el ayer volante del CEC cae de espaldas y da su cabeza contra el cemento.
El primero en verlo fue Jofré, quien inmediatamente llama a la asistencia médica. La “Joya” rompió en llanto. Castellanos, en el piso, tenía la cabeza ensangrentada y había comenzado con convulsiones.
Ambos, habían compartido divisiones inferiores y varios planteles de Primera en Atlético Argentino. Castellanos fue trasladado al Hospital Central, donde ya se encontraba consciente y fuera de peligro.