Revisar la Historia desde la dramaturgia, para que el público se acerque al teatro, a los hechos más cercanos, que nos construyen como sociedad y marcaron una época.
Esta es la propuesta que lleva a cabo Pedro Marabini, y que empezó con Rosas, el amante (junto a los escritores mendocinos Tristán Casnati y Mariano Martínez) y que ahora continúa con Matar a Lencinas, una obra que repasa vida, el pensamiento y la muerte de Carlos Washington Lencinas, Gobernador de Mendoza entre 1922 y 1924, que fue asesinado en 1929, en un hecho que aún continúa poco claro.
Nombres como los de Lencinas, de Yrigoyen y de Emilio Civit, fueron protagonistas imprescindibles de la historia del siglo XX y son los que hoy, un elenco de actores y figuras con trayectoria en el arte mendocino, reviven a través del teatro, en una obra que debuta esta noche, en la sala mayor.
Espacio que, justamente, se construyó por iniciativa del propio Lencinas y hoy celebra sus 92 años de vida.
Entre la vida política y la justicia
Alrededor de la investigación del magnicidio del conocido popularmente como el Gauchito Lencinas, ex gobernador y senador nacional de Mendoza, se configura Matar a Lencinas, un policial teatral que busca rescatar un suceso crucial de la política, y que aspira a ofrecer un punto de vista contrario a la historia oficial, para comprometer a los grandes poderes instituidos en aquellos tiempos y a la gran crisis política nacional que se desató en 1929.
El elenco Tanta Traición es el responsable de esta producción, que lleva escena un relato singular e importante de la historia política mendocina. Marian Carral (la mujer), Jorge Fornés (el Fiscal), Mariano Martínez (Carlos W. Lencinas), Martín Neglia (José Lencinas), Jorge Pérez (José Cáceres), Jorge Sosa (el Diablo) y Miguel Wankiewicz (Emilio Civit), son los intérpretes de esta mirada no oficial.
“Casnati y Martínez han encarado un proceso de un revisionismo histórico, a su manera. Que es muy loable, no solo se basan en la historia, si no su propia visión como mendocinos.
Después de Perón e Yrigoyen y de Rosas, el amante, ahora toman el personaje de Lencinas. Y como grupo, lo que buscamos es acercarnos a la comunidad, con una serie de testimonios históricos desde nuestra visión. Contar la historia y que el espectador se sienta cerca de su propia historia", sostiene Pedro Marabini director general de la obra, que esta noche debuta en el Teatro Independencia.
El experimentado puestista (quien dirigió numerosos actos centrales de la Fiesta de la Vendimia y también el exitoso musical sobre San Martín llamado El sueño del General) cuenta con pasión cómo se desarrolló esta obra.
–¿Piensan que el teatro es una herramienta para acercar a la historia?
–Es interesante que la gente tome partido de estas cosas. La gente no sabe quién era Rosas, no sabe que defendió la soberanía, a pesar que fue un autoritario tremendo en nuestro país. ¿La gente sabe que Lencinas fue asesinado y nunca se supo quién lo mato? Se culpó a una persona, pero no se sabe si era el culpable.
Lo que me parece interesante, es tomar la dramaturgia y sumarle algo distinto, sin hacer algo extravagante que nadie sepa de qué se trata. Si no ayudar a que la gente interprete lo que está viendo. Al margen de las licencias que uno tiene para tomar un texto y hacer la puesta.
–¿Cómo narra la obra el asesinato de Lencinas?
–En la trama, Matar a Lencinas juega con el pasado, el presente, lo real y lo onírico. Esa dualidad en el tiempo y en las situaciones, son parte del proceso de investigación del asesinato, que conforma el hilo conductor para desandar la historia y sus protagonistas.
Figuras cruciales para Mendoza
–El Fiscal ¿es el narrador de la historia?
–El Fiscal está en un primer plano de la escena. Es la única cosa real que hay en la trama. En ese imaginario del juez hay una serie de escenas, donde va a armando y buscando quién puede ser el asesino de Lencinas.
Es como cuando hacen la reconstrucción de la escena del crimen. Así se encuentran José Néstor Lencinas y Emilio Civit con Cáceres (a quien se atribuye el asesinato), y discuten.
Ahí aparecen los ideales del que fuera gobernador. Jorge Sosa y Marian Carral interpretan a personajes sin rostro, pero que manejan los hilos, con la excusa que encarnan a la Patria. Y aparece la Justicia dormida, que busca siempre algún culpable, porque lo tienen que encontrar de algún modo.
El clima de época, con un Lencinas enfrentado a Irigoyen, los ideales políticos del momento y las obras que perduran hasta nuestros días, quedan al descubierto en las situaciones de la obra.
–¿El texto reivindica finalmente a Lencinas?
–Sí. Es la esencia de Mendoza. En la obra aparece el concepto de “justicia social”. Lencinas venía trabajando sobre lo que eran los conservadores, que pensaban en un sector de la sociedad. Él comienza a pensar en el pobre, en el que realmente necesita ayuda, con el concepto de la política asistencial de esos tiempos, muy distinto a lo que pasó después. Todos estos personajes eran de la aristocracia de Mendoza, pero desde un mismo espacio, se veían dos visiones distintas.
Amor por el teatro y por la Historia
–¿Cómo surgió la convocatoria del elenco?
–Creo que al elenco lo motiva la historia y hacer esta obra. Hay grandes actores que llegan por el interés por formar parte. Y Jorge Sosa, por ejemplo, no es actor, pero interpreta un personaje y queda perfectamente bien, y lo asimilás como personaje.
Lo que logramos es que todos estos actores, de reconocida trayectoria puedan llevar adelante un texto y llegar a la gente, contando una historia.
–Además de estar ambientada en plena década del 20, ¿qué particularidad tiene la puesta?
–El vestuario recrea la época. Pero la escenografía realizada por Omar Escales, es una estructura metálica, con unos paneles detrás, que dan algunas proyecciones como para sugerir y ambientar la obra.
La ficha
Matar a Lencinas
Dramaturgia: Tristán Casnati y Mariano Martínez.
Dirección general: Pedro Marabini.
Dirección de actores: Claudio Martínez.
Actúan: Jorge Sosa, Martín Neglia, Jorge Fornés, Marián Carral, Mariano Martínez, Miguel Wankiewicz y Jorge Pérez.
Día y hora: hoy, a las 20.
Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo, Ciudad).
Entrada: $200.