La foto resultó impactante: los All Blacks realizando su habitual ritual del Haka y los jugadores ingleses parados formando una especie de V para hacerle frente a la desafiante danza. Las preguntas se multiplicaron tras ese posicionamiento y el capitán Owen Farrell respondió a los interrogantes.
"Queríamos mantener una distancia respetuosa, pero no queríamos pararnos en una línea plana y dejar que vinieran a nosotros", reconoció el centro de 28 años. "Todos queríamos mostrar que estábamos listos y juntos. Fue algo diferente que creo que surgió de Eddie (Jones)", señaló sobre la propuesta que nació desde el entrenador australiano que le dio vida a este equipo inglés que hizo historia al arribar a la final del Mundial de Rugby por cuarta vez.
Los jueces le advirtieron a los integrantes de La Rosa que no podían invadir la línea media: "Sabíamos que teníamos que estar en un radio".
Mako Vunipola, pilar del equipo, también aseguró que fue Jones quien pensó en esta formación: "Nos dio la idea. Queríamos ser respetuosos, pero también queríamos asegurarnos de que entendieran que estaríamos listos para la pelea. Sabíamos que los irritaría, probablemente sintieron que no los respetamos".
Desde el lado neozelandés afirmaron que esta decisión del combinado inglés no influyó en el partido. "Lo que pasó en el Haka no tuvo impacto en el juego", afirmó el capitán de los All Blacks Kieran Read. "Realmente no lo hacemos para asustarlos ni nada. Lo hacemos por nosotros y para representar a nuestra gente, a Nueva Zelanda. Los All Blacks lo han estado haciendo durante 110 años. Se trata de nosotros", agregó el medio scrum Aaron Smith.
Si bien aclaró esto, Smith tuvo un cruce de miradas con Farrell y admitió que intentó intimidarlo: "Estaba mirando al tipo justo enfrente de mí y ese era Owen Farrell. Me estaba guiñando un ojo, así que estaba tratando de asustarlo tanto como podía".
Inglaterra, que se impuso por 19-7, disputará la final del Mundial ante el vencedor de la semifinal que protagonizarán Gales y Sudáfrica mañana en Yokohama. El choque que definirá al campeón se celebrará el próximo sábado 2 de noviembre en el International Stadium de Yokohama.