Las autoridades policiales suizas confirmaron hoy que los dos cuerpos momificados hallados en un glaciar del macizo de Les Diablerets, en el sur de Suiza, hace cinco días son Marcelin y Francine Dumoulin, una pareja que había desaparecido en esta zona de los Alpes helvéticos hace 75 años.
Los restos mortales y los objetos encontrados a su lado (mochilas, un botella, un libro y un reloj) fueron analizados por forenses en el glaciar mismo, situado a una altitud de 2.615 metros.
Sin embargo fue en el Instituto de medicina legal del cantón de Valais (sur) donde se confirmó su identidad, informó la Policía local en un comunicado.
El pasado jueves, un trabajador de la compañía Glacier 3000, operador cabinas y telesillas de estaciones de esquí en la región, descubrió los cadáveres, congelados y en perfecto estado, cuya identidad fue rápidamente atribuida al matrimonio Dumoulin por la prensa suiza y por la familia.
Desde un principio, la vestimenta de los cuerpos encontrados indicó que estos habían permanecido en el glaciar Tsanfleuron entre 70 y 80 años, dado que llevaban ropas de la época de la Segunda Guerra Mundial.
Originarios del municipio de Savièse, Marcelin y Francine, padres de siete hijos, sufrieron un trágico accidente el 15 de agosto de 1942, cuando se dirigían a alimentar su ganado en una pradera a los alrededores de Chandolin.
Desde entonces, la familia perdió la pista del zapatero de 40 años y la institutriz de 37, hasta que el deshielo de los glaciares, propiciado por el calentamiento global, permitió el descubrimiento de los restos del matrimonio.
El funeral de los Dumoulin se celebrará este sábado en su pueblo natal y permitirá a las dos hijas del matrimonio que aún viven despedirse de sus padres, según informa la cadena de televisión pública suiza, RTS.
"La policía me llamó esta mañana a las para darme la noticia", dijo Monique Gautschy, de 86 años, una de las dos hijas aún en vida de la pareja.
"El entierro se llevará a cabo el sábado, pero antes me gustaría verlos para darles un beso", agregó Gautschy, que en el momento de la desaparición de sus padres tenía 11 años.
"Los vi salir ese sábado por la mañana. Era un día radiante. Debían pasar la noche en prado alpino de Grilden y volver el domingo", recordó.
"De repente, una gran nube negra cubrió el glaciar por la tarde. Mi tío pudo ver a mis padres una última vez con los prismáticos", agregó.
"Hemos pasado nuestra vida buscándolos sin descanso"
"No pensábamos poderles ofrecer un día el funeral que merecían", confió por su parte Marceline, que tenía cuatro años cuando sus padres desaparecieron.
Tras dos meses y medio de búsquedas infructuosas, los siete hijos, cinco varones y dos mujeres, de 13 años el mayor y dos la más pequeña, fueron ubicados en familias de adopción, salvo la más pequeña, Marceline, que fue adoptada por una tía.