El corazón, cómo los árboles, se queda a vivir en el lugar en el que echa sus raíces.
"El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios… pero hay una cosa que no puede cambiar… no puede cambiar de pasión", decía Guillermo Francella en el Secreto de sus ojos.
Y es una verdad incontrastable. Todo esto le pasa a Carim Taichure, un mendocino que se fue a vivir a Buenos Aires pero su corazón está en el Barrio Ujemvi, el club donde nació y fue feliz.
Todo eso lo llevó a tener un gesto poco habitual en estas épocas. La semana pasada, donó las camisetas para las divisiones menores de Ujemvi Futsal. Pero dejemos que él nos cuente su historia.
“Yo nací en el barrio Ujemvi, al igual que mis hermanos, Íbamos a la escuela Valle De Guantata, que queda en la misma manzana de la plaza, y mis padres nos llevaban, conforme fuimos creciendo, ya cada vez pasábamos más tiempo y hasta podíamos ir solos.
Entonces me anotaron para jugar en la categoría 79, nuestro DT siempre fue el Señor García, de quien me sigo acordando ya que no solo nos enseñó a jugar a la pelota, si no muchas otras cosas, que luego cuando fui adulto, pude reconocer como valores fundamentales para la vida, como los recibía también en casa.
Una de las anécdotas que mas me emocionan aún hoy es que el Sr, García nos llevaba a todo el equipo adentro de su auto, un Valiant, cuando jugábamos de visitantes, algo quizás impensado para los tiempos de hoy.
El momento más importante sin dudas, era cuando el DT nos sentaba, charla previa del partido y nos entregaba las camisetas, en ese momento, no importaba el resultado, pero significaba que íbamos a jugar por nuestro equipo, era diferente a cuando nos juntábamos en la plaza a jugar a la pelota”, arranca contando y dejando detalles que no pueden pasar desapercibidos. Al profe siempre lo nombra como “el Sr. García” y muestra que para él la camiseta de su club era un regalo, algo preciado.
-¿Hace mucho te fuiste a Buenos Aires?
-Sí, hace 11 años, en ese recorrido, armé mi empresa dedicada a los eventos, Mantelería Carim, y formé mi familia, tengo 3 hijos, 2 nenes y una nena.
-Cómo surgió la idea de colaborar con el club?
-Asiduamente viajamos a Mendoza porque parte de mi familia, continúa viviendo en el Ujemvi, y cuando estamos ahí, llevo a mis hijos al Polideportivo donde pasé mi infancia y adolescencia.
Uno de mis sobrinos va a la escuela donde íbamos nosotros y mi cuñado, Osvaldo Quiroga, es el técnico de las 5 categorías de menores de Ujemvi Futsal con Federico López.
De ahí, la idea de colaborar, lo hablé con él en una cena familiar y pude ver ese amor y dedicación que trasciende a lo que conlleva el trabajo de un técnico, tal como me sucedía con el Sr García.
Me comenta que cuenta con una comisión de trabajo formada por los padres y madres de los chicos, que realizan diversas acciones para autofinanciarse, pero que las tan anheladas camisetas aún estaban un poco lejos de sus recursos.
Para mí, es sentir que sigo siendo parte de algún modo, porque esas son mis raíces y la esencia de quien soy.
Emocionante. Uno de esos tantos héroes que suelen ser anónimos, pero que merecen un reconocimiento.
"Aguante el Barrio", es el lema del club, una premisa que hoy debe gritarse con más fuerza.