A los 19 años, Luis Escobedo había terminado el servicio militar y estaba listo para comenzar su camino en la Primera de Los Andes, ahí cerquita de Ingeniero Budge, donde vivía. Pero ese día, en marzo de 1982, tras jugar un partido de Reserva contra San Lorenzo un telegrama del Ejército lo volvió a depositar en un regimiento, y de ahí lo trasladaron al frío de las Islas Malvinas.
El ex futbolista contó que al volver de la Guerra, “no quería jugar más”. “Quería trabajar, vivíamos en un barrio muy humilde, y quería ayudar a mi viejo. Pero justo mi viejo me llevó a ver la revancha de San Lorenzo con Los Andes en la segunda rueda, me agarró el bichito, me puse a entrenar y a las dos semanas ya estaba jugando de vuelta. Tuve la suerte de jugar hasta el año 2000 en muchos clubes, me ayudó a sobrellevar muchas cosas“, valoró Escobedo.
Este año y como ya había hecho en dos oportunidades anteriores, el ex jugador de 57 años se dirigió al Cementerio de Darwin para rendirle homenaje a sus compañeros fallecidos en batalla. Pero el emotivo gesto, según el mismo protagonista, tuvo un momento poco feliz. "Por esta bandera (decía 'Territorio Argentino') y por cantar el himno argentino en el Cementerio de Darwin, fui arrestado dos días", señaló en cuenta de Facebook Escobedo.
"Con siete compañeros de Lomas de Zamora viajamos a Malvinas la semana anterior. Al otro día de llegar, fuimos al cementerio de Darwin ,donde descansan nuestros héroes", explicó el ex Vélez, Belgrano de Córdoba y Colón, entre otros. Y agregó: "A los dos días nos despiertan en el hotel policías y personal de inteligencia. Nos sacan algunos celulares, cámaras de foto y toda pertenencia con logos de Malvinas, además de requisar cada habitación. Nos imputaron por desplegar banderas y gritos insultantes, por lo que nos arrestaron".
En otra parte de la publicación, Escobedo también contó cómo se resolvió la situación. "Estuvimos todo el día declarando. Recién al otro día a la tarde vinieron las autoridades británicas, nos absolvieron de todo cargo y dijeron que van a hablar con los isleños para que sean más comprensivos hacia los ex combatientes, que tenemos derechos a honrar a nuestros verdaderos héroes. ¿Hace falta que nos traten como delincuentes por el sólo hecho de honrar a nuestros caídos, que gracias a Dios hoy tienen nombre y apellido", afirmó.
Escobedo, quien luego de debutar en la Primera de Los Andes jugó en Colón, Racing de Córdoba, Belgrano, Tigre y Vélez Sarsfield, entre otros, hoy está casado y es padre de Brenda y Alan. Volvió a pisar el suelo argentino de Malvinas tres décadas después del conflicto armado.
“Acá la vida siguió muy normal. Las noticias no eran valederas. Por suerte yo me dediqué al futbol y eso me hizo distraer para no pensar en la guerra, porque al regresar fuimos extraños, sobre todo para el Estado. Se hizo muy duro esos primeros años, tanto que la mayor cantidad de suicidios se dieron en esos primeros años. En la guerra uno tenía que estar al lado del otro, pero también hay cosas humanas como comer o una manta por el frío“, manifestó.
“El fútbol te da otra contención, estás viviendo todo el día con amigos, compañeros, eso hace que la vida sea más amena. El fútbol fue la mejor terapia. Hoy nos encontramos con una pensión bastante alta. Se están peleando otras cosas más, como es una revisación médica. Se hizo una en la provincia de Buenos Aires pero se guardaron esos datos porque eran estadísticas tremendas“, completó.
