Mientras la niña sanjuanina de 11 años se recupera tras la interrupción legal de su embarazo, salieron a la luz los detalles de cómo vivían su padrastro, acusado de violarla, y su madre, quien es investigada por negarse a radicar la denuncia formal.
Roberto Castillo (42) y Anabella Maturano (28) están denunciados por la autoría y el encubrimiento del delito, respectivamente. El padrastro de la nena trabajaba como changarín. "Sabemos que eran muy pobres, que el hombre es un changarín y que viven en condiciones indignas", dijeron vecinos del asentamiento Cristo Pobre.
Tanto a la pareja como las niñas -la mayor de 11 años, violada, y la menor de 5 años- solían verse siempre juntos al entrar y salir de su humilde vivienda, sin luz ni agua. Los vecinos solían juntar ropa, comida y elementos de primera necesidad para colaborar con ellos, según lo informado por Tiempo de San Juan.
La madre del clan tiene una discapacidad en sus brazos y piernas, por lo que no podía trabajar y dependía de las "changas" de su pareja, vinculadas principalmente al área de la construcción.
Por estas horas, Castillo y Maturuno continúan alojados en una sede policial y a la espera de ser llamados a la declaración indagatoria frente al juez Benito Ortiz, del Primer Juzgado de Instrucción, que investiga la violación que la nena de 11 años sufrió.