Cada latido de Silvina Valente (40) es razón para agradecer. A ella la vida le dio una segunda oportunidad y se empeña en aprovecharla a pleno.
Hace casi 9 años tuvo que ser trasplantada de corazón y desde entonces no volvió a ser la misma.
Como ella, cientos de trasplantados mendocinos ayer festejaron la aprobación de la Ley Justina, que permitirá- que todos los mayores de 18 años que no han manifestado su voluntad al respecto sean considerados donantes.
Los problemas de salud de Silvina comenzaron con un cáncer de mama que le detectaron a los 27 años. Luego de realizarse cuatro ciclos de quimioterapia y a punto de empezar con la radioterapia, comenzó a notar una deficiencia respiratoria por la que tuvo que ser internada en reiteradas oportunidades. Le hicieron varios estudios hasta que los médicos coincidieron en el diagnóstico: miocardiopatía dilatada a causa de las quimioterapias, por lo que necesitaba de forma urgente un nuevo corazón: "Todavía recuerdo el día que vino el médico y me dijo: 'Silvina, vas a trasplante, estás primera en la lista de emergencia'".
Sólo le funcionaba un 20% del corazón, por lo que quedó hospitalizada mientras esperaba la llegada del órgano que le salvaría la vida: "Sesenta días lo esperé, acostada boca arriba porque no me podía mover". También reconoce que la espera se le hizo más liviana gracias al apoyo de su marido, familia y amigos, quienes no dejaron de visitarla. Como dice hoy, esos 60 días eran su "fecha de vencimiento": "La misma cantidad de días que tuvo Justina, a quien el corazón no le llegó a tiempo", dice con tristeza.
El 12 de diciembre de 2009 finalmente llegó su corazón. "Después de todos los estudios me trasplantaron el 13, era el corazón de un chico de Buenos Aires de 21 años", precisa. Ahí comenzó su nueva vida.
Ya recuperada, dejó su trabajo en una farmacia y se dedicó al arte: "Me faltaba la tesis para ser administradora de empresas, era todo plata y números. Vivía estresada y trabajaba de lunes a lunes". Ahora, en cambio, da clases de vitrofusión, pinta y disfruta cada momento de la vida.
“Para mí fue un cambio lindo. Si bien sufrí y la pasé mal, no recuerdo los momentos difíciles, solo tengo anécdotas buenas en el hospital”, confiesa con el optimismo que contagia a todo el la escucha. “Como siempre digo: de todo se sale con fuerza de voluntad. Hay que tener fe y nunca perder la esperanza”, agrega.
A pesar de convivir con los latidos de un corazón que le perteneció a otra persona, Silvina lleva adelante su vida con normalidad. "Tengo una salud espectacular y oncológicamente estoy excelente. Igual todos los años me hago los estudios de rutina", aclara. Por estos días sólo se cuida del frío, mientras practica natación: "Gracias a ser trasplantada pude competir en los juegos nacionales y conocer personas excelentes".
La “Ley Justina”
El miércoles se aprobó la Ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, conocida como "Ley Justina" en homenaje a la nena de 12 años que falleció esperando un corazón.
Las claves de la norma:
Manifestación de voluntad de donar órganos: debe ser expresada por escrito por la negativa o afirmativa.
Donantes presuntos: permite realizar una ablación de órganos y/o tejidos sobre toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de su oposición.
Trasplante de médula: incluye una reglamentación que la ley anterior no tenía en cuenta.
Muerte cerebral: se reduce el tiempo de certificación. de muerte cerebral. Antes había que esperar 6 horas para hacer la ablación.
Casos judicializados: el límite es de 4 horas, porque hay jueces que demoran y se pierde la ablación.