Elis Regina nació en Porto Alegre, al sur del Brasil hace 75 años. Y con apenas 11 años cantó por primera vez.
Su temperamento explosivo en apenas poco más de un metro y medio de estatura la conviritió en una figura notable (Vinicius de Moraes la bautizó "Pimentinha", apodo que ella odiaba). Pero no solo es cuestión de carácter: la voz de Elis es una de las mejores que ha dado el Brasil.
Vivió sólo 36 años, y todos ellos asfixiada por la dictadura militar de su país; a la que ella cuestionó con valentía.
Ha dejado canciones memorables como "Águas de Março" o "Como nosso pais"; ambas con uno de sus máximos socios de aventuras musicales: Tom Jobim.
Fue la mujer que impulsó con su voz imprescindible los cambios en la música popular brasilera, la que acunó en sus espectáculos y discos notables a las cimientes del Tropicalismo.
Su cantar, único, es un cóctel alucinante de felicidad, amor, tristeza ya patriotismo. Y ella lo sabía: "En este país, sólo hay dos que cantan: Gal (Costa) y yo", decía riendo.
Murió por una sobredosis letal de cocaína y alcohol. Dicen que fue accidente, otros que se suicidó. Pero Elis, la inmensa Elis, aunque fue acompañada por miles al cementerio de Morumbí (en San Pablo), está tan viva que duele.
Aquí, en este episodio de Álbum, la historia de esta mujer imprescindible.
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