"Después vemos cómo hacemos para comer" la frase más conmovedora que marcó a Luis Miguel 'Pulga' Rodríguez, quien anoche fue una de las figuras de la clasificación de Colón de Santa Fe. Su papá, quien murió ahce unos días, pronunció esas palabras a las que nunca olvidará.
El delantero oriundo de Simoca, Tucumán, tuvo una infancia contenida por su familia, quien le permitió cumplir su sueño como futbolista. En una nota de archivo, de La Gaceta, el Pulga contó que "el primer par de botines me los compró mi papá de la feria. Costaban 30 pesos. ¡Un sacrificio hizo! Me los trajo porque tenía la pelota y siempre rompía las zapatillas. Le dijo a mi mamá: 'Yo se los voy a comprar, después vemos cómo hacemos para comer".
El jugador perdió hace poco más de una semana a su papá "Pocholo" y ayer le dedicó sus goles.
Antes de ser un jugador famoso vivió en su casa en Tucumán, con sus 9 hermano y siendo muy pequeño ayudaba en la casa como pintor, albañil o lo que hiciera falta, según contó. A los 14 años, ya mostró enormes cualidades y jugó en la Primera regional.
Rodríguez antes de jugar en Colón, fue -y lo sigue siendo- ídolo de los hinchas del Decano. Vistió la camiseta de Atlético Tucumán, equipo en el que jugó entre 2005 y 2010 y luego, entre 2011 y 2018, y con el que también accedió a jugar copas continentales y hasta fue finalista de la Copa Argentina 2017, cuando cayó ante el River de Marcelo Gallardo. En Atlético llegó a jugar 323 partidos y marcó 130 goles, convirtiéndose en el segundo máximo anotador de la historia del club, detrás de Santiago Coya Michal (209).
En el 2009, Diego Maradona lo citó para jugar en la Selección un amistoso ante Ghana en Córdoba. Y sobre el Pulga, el entonces entrenador albiceleste dijo: “Tiene una picardía parecida a la mía".
Hoy, el jugador que tuvo sus frustraciones en el fútbol europeo e incluso del ascenso argentino, es el héroe de los Sabaleros, que tras la definición de los penales anoche en Belo Horizonte ante Atlético Mineiro, jugará la final de la Copa Sudamericana.