La gestión de Mauricio Macri acaba de inaugurar la primera etapa de la electrificación del tren a La Plata, que unirá la estación de Constitución con Quilmes. Pero lo llamativo del caso es que esa obra fue inaugurada el 5 de diciembre del año pasado, durante un acto encabezado por la ex presidenta Cristina Fernández. Se cortaron las cintas, hubo cadena nacional, miles de simpatizantes, pancartas y carteles, pero el ferrocarril no arrancó, por el simple hecho de que no se había colocado el sistema de tracción eléctrica.
Según se afirma, el gobierno actual ha puesto la mira en el sistema ferroviario y para ello conformó la denominada Sociedad Operadora Ferroviaria, que ha fijado como primer objetivo conocer cuál es el estado actual de la red y después tomar decisiones. Las versiones indican que, por su tamaño, el organismo se encuentra un escalón más abajo que YPF, contando con más de 21 mil empleados sólo en los ramales metropolitanos.
Se formó con todos los trabajadores de los ramales de los ferrocarriles Mitre, Sarmiento, Roca, San Martín y Belgrano Sur, además del Tren de la Costa. La cantidad de trabajadores constituye un hecho central en razón de que del dinero que el Estado destina a Ferrocarriles, el 76% está dirigido a salarios y sólo un 13% a inversiones.
Un tema en el que se hará hincapié será el costo del boleto ya que hoy el viaje en ferrocarril es muy barato. Y en el caso de los trenes urbanos, el valor del boleto no sólo es barato, sino que ni siquiera lo pagan todos. A modo de ejemplo se indicó que en 2015 la recaudación total del ferrocarril rondó los 850 millones de pesos, pero necesitó 9.680 millones para poder funcionar.
Otro de los aspectos de la investigación pasa por la infraestructura. En este aspecto se asegura que, por tratarse de aspectos de campaña, se priorizaron obras que fueran visibles, antes que primordiales. Así, aseguran que la mayoría de la señalización y las vías, con la excepción del Sarmiento, "está igual que en 1948", razón por la cual el tiempo de viaje no mejora, aun con coches nuevos. De los trenes de larga distancia, hay muchos que no corren, como el que iba a La Pampa o el que corría a Mar del Plata.
A pesar del olvido que sufrió la provincia durante el gobierno kirchnerista, Mendoza no estuvo al margen de la utilización electoralista del servicio ferroviario. Recordemos aquella famosa inauguración del Tren del Vino, que uniría la estación de Palmira con la Capital Federal. El día del corte de cintas, se necesitó de una máquina traída desde San Luis para que la formación pudiera arrancar, pero luego el servicio no se utilizó porque, por el mal estado de las vías, la mercadería no llegaba a Buenos Aires en el tiempo necesario.
En mayo del año pasado, los ministros Randazzo y Kicillof recibieron en el Mercado Central de Buenos Aires la primera carga de un tren con productos mendocinos, una formación integrada por cuatro (4) vagones cargados con legumbres, tomate triturado, salsa de tomate, agua mineral, duraznos al natural y tomates en conserva. Los funcionarios remarcaron que se reducía en un 72% el costo del transporte y anticiparon que formaciones similares llegarían "en principio, una vez por semana y la idea es ir incrementándola". Pero todo quedó en aquel anuncio.
Mauricio Macri ha prometido un país más federal y ayudar a las economías regionales. En ese esquema, el servicio ferroviario es clave, por la importancia del costo del transporte de las mercaderías para provincias como la nuestra, muy alejadas del puerto de Buenos Aires.
Sin embargo se habla del ferrocarril Belgrano Norte, de mejorar los servicios en la Capital Federal y el conurbano, pero no se menciona a Mendoza entre los beneficiados. Es un planteo que las autoridades provinciales deben realizar ante sus pares nacionales, aprovechando inclusive la fluida relación que existe entre el Gobernador y el Presidente.