Mauricio Macri pateó el hormiguero. O al menos eso hizo cuando aseveró que “El 11 de diciembre se termina el cepo”. Las palabras de Macri sirvieron para sacar a flote una discusión mucho más de fondo. Y es que por más que un candidato a presidente y su equipo se preparen para desembarcar el 11 de diciembre en el Ministerio de Economía, una cosa es hablar de economía y otra es hacer política económica. En la campaña valen las palabras. En la gestión sólo cuentan las acciones.
“Sería un error eliminar el cepo en 24 horas”, dijo el economista Andrés Velasco en un seminario internacional realizado por el Banco Ciudad la semana pasada, donde disertaron economistas de distintos espacios políticos -incluyendo a los del Pro- y hasta Alejandro Vanoli. Velasco fue ministro de Economía de Bachelet y su recomendación de transitar la senda del gradualismo fue compartida por la mayoría de los presentes. El debate entre los especialistas gira hoy alrededor de cómo dejar atrás los controles de cambio y corregir subsidios.
“En este país ya no se aguanta una devaluación de 15% de un saque”, dijo Javier González Fraga en el mismo seminario en referencia a las recomendaciones de shock. Economistas como Martín Tetaz o Jorge Remes Lenicov, el ex ministro de Economía, advierten sobre los riesgos de no actuar rápido: las expectativas de las personas pueden anticipar los movimientos del Gobierno e indexar más la economía.
Diagnósticos sobre la herencia hay muchos. Pero no sobre cómo se toman decisiones y se hace política económica.
Buena noticia para el aspirante a ministro de Economía. El mercado lo espera entusiasmado. "Por primera vez en décadas, el manejo de la economía será más sensato que el que hubo con la convertibilidad o el actual", opina González Fraga. Una muestra de ello es que el riesgo país pasó de 726 puntos a principios de año a 598 en la semana. Cuanto más marcado sea el giro pro mercado del próximo gobierno, especulan los inversores, mayor será el potencial de rebote de la economía en 2016.
Los pronósticos reflejan ello: Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica, prevé un crecimiento de 3% para 2016.
Maximiliano Castillo, de ACM, espera 2,5% (tras una caída de 3,7 este año) La consulta Elypsis bautizó 2016 como “el año del rebote”.
Espera 4% de alza en el PBI. Luis Secco va más allá y señala que la economía terminaría creciendo en el año al 8% anualizado de mediar las correcciones necesarias.
Sin embargo, por las políticas y las dificultades que el próximo gobierno enfrentará, hay quienes creen que el crecimiento total para 2016 será exiguo (como el propio Secco) Para Miguel Bein, por ejemplo, el aumento sería “muy poco” porque la economía traccionará más por inversión que consumo.
Para ex funcionarios como Roque Fernández, el nivel de actividad prácticamente no crecerá porque el Gobierno encontrará al comienzo de su gestión trabas que demorarán la puesta a punto del plan económico como, por ejemplo, un acuerdo con los sindicatos o la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central.
Un tercer grupo advierte sobre los riesgos de desmontar los controles el precio del dólar y, por lo tanto, su impacto sobre la inflación. Martín Rapetti, economista de la UBA y el Cedes, recuerda que “la experiencia muestra que, en contextos de debilidad de reservas, dejar flotar la moneda puede fácilmente desembocar en sobrerreacciones del tipo de cambio que aceleren la inflación y contraigan fuertemente el salario”.
Rapetti sostiene además que, aun cuando se suelte exitosamente el cepo y se evite que el dólar suba, el riesgo es dejar la economía atada a un tipo de cambio atrasado como el actual.
La Argentina tuvo tres experiencias de gobiernos que desarmaron el cepo al dólar. Una fue con Arturo Frondizi, cuando quitó los controles cambiarios y la inflación se disparó 100%. La otra, el fogonazo del Rodrigazo en 1973/1974 que llevó la inflación a 180%. Finalmente, el caso de 2002, cuando Eduardo Duhalde quitó la convertibilidad.
Ningún economista asevera que la magnitud de los desequilibrios de hoy se asemejen a alguno de aquellos tres. Los precios de los productos que la Argentina exporta están por encima del promedio histórico. Y el endeudamiento en dólares del sector privado argentino es bajo (18% del PBI), por lo que no debería impactar, al menos directamente, una eventual suba de la tasa de interés internacional.
Todo esto no quita que las distorsiones que acumula Argentina se acentúen de aquí al 11 de diciembre. El Gobierno no evitará el atraso cambiario con tal de controlar la inflación y el dólar.
La experiencia de Frondizi, el Rodrigazo, la salida de 2002, no son buenos recuerdos. “No se necesita un ajuste ortodoxo para corregir desequilibrios fiscales”, dijo el ex viceministro de Economía Jorge Todesca, quien estima un rojo fiscal de 5% del PBI para 2015.
Pero no todos están de acuerdo con este punto de vista. “Un plan gradual es riesgoso porque las expectativas pueden jugar en contra del Gobierno”, dice Martín Tetaz, economista de la UNLP. “Con la experiencia indexatoria de este país, en vez de bajar la inflación puede llegar a subir”, advierte Remes.
El economista alemán Albert Hirschman decía que la situación de muchos de los países europeos a la salida de la Segunda Guerra Mundial podía compararse con lo que ocurre con un hormiguero cuando es pateado.
“Hay caminos que reconstruir, túneles que abrir y escombros que remover”. Las economías de aquellos países habían quedado presas de los controles cambiarios y tarifarios. Hirschman decía que sólo debían removerse con delicadeza para evitar consecuencias desconocidas.
En varias universidades del mundo, las carreras de Economía incorporaron cursos con ex ministros de Economía y funcionarios para que cuenten sus experiencias. En Harvard se llama “Inside Government” y lo dicta Larry Summers, ex secretario del Tesoro. En definitiva, ¿cómo se hace política económica en un país? “En el nuestro se hace por prueba y error”, cuenta el ex ministro Remes. Y así en definitiva será después de diciembre: prueba y error.
TRES ANTECEDENTES
DEJAR EL CONTROL DE CAMBIOS
Frondizi (1958) Asumió como presidente en 1958 y una de sus primeras medidas fue quitar el control de cambio. A inicios de 1959 la inflación llegó a 113% anual.
Rodrigazo (1975) El ministro de Economía Celestino Rodrigo dispuso un ajuste que duplicó los precios y provocó una crisis en el gobierno de Isabel Perón.
Convertibilidad (2002) Eduardo Duhalde declara la salida del 1 a 1 en enero de 2002. La inflación fue 41%, con la economía inmersa en una depresión.
Cómo llegar a diciembre
Mientras los candidatos presidenciales tratan de instalar sus primeros deseos de gobierno después del 10 de diciembre, y mientras el ministro Kicillof continúa con su ilusionismo y negando la realidad, la economía argentina transita por camino a oscuras.
Todos buscan un horizonte a futuro que les permita volver a la realidad, mientras que los agentes económicos se preguntan cómo se llega al 11 de diciembre, sin sufrir mayores sobresaltos.
La economía no muestra signos de recuperación. Los indicadores muestran en su mayoría signos negativos. Se perdió la iniciativa y se carece de recursos para generar nuevas inversiones.
El principal obstáculo es la falta de divisas, un fenómeno que se viene agravando desde el inicio del cepo cambiario pero que adquiere mayor relevancia, a medida que se profundiza el deterioro de la cuenta corriente nacional. El gobierno, con un ojo en la inflación, eligió el peor de los remedios y lanzó a la banquina al modelo económico, agravando los problemas.
En otros términos, la recesión es el anclaje de la inflación, haciendo más ostensible la carencia de divisas.
Para corregir este faltante de dólares, Kicillof no tuvo mejor idea que poner otro cepo, en este caso a las importaciones, llevando el nivel de actividad a terreno negativo. Por caso, 3/5 partes de los insumos utilizados por el sector industrial, son importados y no tienen un proveedor local que pueda reemplazarlos.
Habrá menos divisas disponibles y por lo tanto, habrá que apelar a una mayor cantidad de reservas para poder afrontar los vencimientos de la deuda.
Los vencimientos se ubican en torno de los 20.000 millones de dólares, de los cuales 6.500 millones corresponden al Boden 2015.
El objetivo es llegar a diciembre sin sobresaltos pero nadie se atreve a aventurar en qué condiciones entregará el país la administración Kirchner, ni tampoco qué pasará en los ocho meses que quedan por delante.
Sin posibilidad de colocar deuda en los mercados debido al desmanejo del litigio con los holdouts, la deuda en default con los que entraron a los canjes y ahora con los "me too", la asfixia de divisas, potenciará la deuda.
Ahora, el interés de Cristina Fernández pasa por estirar los tiempos y lograr el objetivo de llegar a diciembre aunque no se sabe a qué costo.
Poco importa si se trata de un “plan bomba”, aunque en realidad habría que pensar en un “campo minado”, ya que habrá varios detonadores.
Frases destacadas
"Un plan gradual es riesgoso porque puede afectar las expectativas de las personas" - Martín Tetaz Economista
"En este país la economía y la política funcionan a prueba y error" -Jorge Remes Lenicov Ex ministro de Economía
"Este país ya no se aguanta una devaluación del 15% de un saque" - Javier González Fraga Ex presidente del Banco Central
"Sería un error eliminar el cepo en 24 horas y volver al manual del FMI" - Andrés Velazco Ex ministro de Economía de Chile
"La experiencia muestra que si soltás el dólar puede subir la inflación" - Martín Rapetti Economista de la UBA