Cientos de miles de muertos, heridos y mutilados, millones de refugiados y desplazados, una generación de niños que ha crecido sin ir a la escuela y rodeada de violencia, infraestructuras como escuelas y hospitales destruida...
El conflicto en Siria cumple su noveno aniversario en un momento en el que la situación en la región de Idlib amenaza con convertirse en una crisis humanitaria de magnitudes épicas.
El régimen de Bashar al Assad controla ya buena parte del territorio, tras derrotar a Estado Islámico y desalojar a los rebeldes que se alzaron en armas contra él a partir de marzo de 2011, pero aún tiene que recuperar Idlib, último bastión rebelde y que actualmente controla la alianza Hayat Tahrir al Sham, de la que forma parte la antigua filial de Al Qaeda en Siria.
Avanzada
Las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de las milicias aliadas y sobre todo de Rusia, su gran apoyo, inició el pasado abril una ofensiva militar que ha recrudecido en los últimos meses y que ha ocasionado a su vez la intervención de Turquía, que envió tropas al noroeste de Siria en apoyo a parte de los rebeldes.
La presencia turca complicó aún más un tablero ya de por sí complicado, que a punto estuvo de ocasionar un conflicto directo entre Turquía y Siria.
En Idlib residen unos 3,5 millones de personas, buena parte de ellas llegadas desde otros rincones de Siria huyendo del conflicto y que, en muchos de los casos, se han desplazado más de una vez.