Una pequeña historia precedente
Antes de los ’90, los K residían en Río Gallegos cobrando judicialmente a los deudores de la nefasta circular 1050 del Banco Central, quedándose con sus propiedades mediante arreglos espurios, que fue el origen de su fortuna. A partir de entonces, se dedicaron a la función pública provincial, y la primera apropiación de Néstor fue la de los U$S 600 millones que correspondían a Santa Cruz por la errónea liquidación de las regalías petrolíferas, dólares de los cuales nunca se supo hasta hoy.
Jamás se preocuparon de los derechos humanos ni por los detenidos de la Revolución de 1976, pero sí comenzaron a formar funcionarios acordes con sus objetivos de acumular dinero y poder para eternizarse en la política y en el gobierno. Cuando llega a Buenos Aires, en 2003, ya en la Presidencia, Néstor abraza las cajas fuertes, y desde la Casa Rosada comienza la carrera más obscena de acumulación de dinero y de poder nunca vista en la Argentina.
Formación de "la grieta"
En 2011 Cristina gana su reelección como presidente y, segura con su 54%, lanza su “vamos por todo” y crea “la grieta” que no abandonó jamás, “nosotros” y “ellos”. Cristina comandaba como líder absoluta a “nosotros”, en la seguridad de que el FpV y ella serían eternos. “Ellos” éramos todos los demás, separados por una grieta y condenados a extinguirnos en el tiempo porque su sistema populista de izquierda ocuparía todos los espacios en un corto lapso.
Pero no fue así y comenzó a desbarrancar su presidencia y su partido, lo que nunca admitió. Las elecciones de 2013 otorgaron 33,27% de los votos al FpV y el 66,74% a la oposición. Luego, en 2015, el FpV obtuvo el 48,60% y Cambiemos el 51,40%. Desconcertada y con mucho fastidio, Cristina no transfirió el mando a Macri y, en el acto multitudinario de despedida del gobierno, profundizó la grieta, multiplicó insultos, amenazas e ironías, convencida de que volvería en 2019.
Lo que acontece en la actualidad
Desde diciembre de 2015 hasta hoy hemos visto atónitos la corrupción increíble del cristinismo; el incremento patrimonial insólito de la ex presidente y sus hijos; procesos, presos, arrepentidos, cínicos e hipócritas. Antes del 10/12/15 nunca creyeron que perderían Capital Federal, Buenos Aires y el país. No se prepararon para la derrota y por eso no pudieron quemar papeles, no destruyeron pruebas ni lograron esconder dineros ni bienes dentro ni fuera de la Argentina.
Los restos del FpV
Sólo Cristina, sus hijos y su séquito inmediato, como populismo de izquierda, más su entorno de fanáticos: Di Tulio, Rossi, De Vido, Aníbal Fernández, Recalde padre e hijo, Diana Conti y Brancatelli, que todo lo justifican, no ven (no quieren ver) los robos, estafas, malversaciones y cuentas bancarias en el exterior en complicidad con Báez, López, Boudou, Jaime, Schiavi y demás corruptos.
También D’Elía, Depetris, Kunkel, Esteche, Cabandié, Larroque, como violentos de izquierda y los creyentes sinceros e ignorantes (¿a esta altura, es posible?) que apoyan con aplausos y marchas. Todo esto implica un 20% duro como techo que no podrá imponerse en una elección. El PJ tradicional y moderado trata de mantenerse alejado de Cristina, de modo que su FpV está quedando relegado a la soledad, sin apoyos políticos ni socios.
Efectos de los graves errores del Presidente
Macri está convencido de que su gobierno va por el camino correcto y creo que después de los obscenos y falsos relatos del cristinismo, no puede hacer otra cosa, en líneas generales, que lo que está haciendo para deshacer los desastres K. Pero sus graves errores políticos y estratégicos, su inseguridad en la toma de decisiones, los desaciertos de algunos de sus ministros, las severas medidas para paliar la crisis, dispuestas en forma tal que han afectado a las clases sociales más débiles y su empecinamiento en no escuchar los consejos acertados de los que saben y opinan, están taladrando el piso de Cambiemos con las graves repercusiones que ello significa.
Entonces es lógico esperar que los duros liderados por la más dura de las duras, Hebe de Bonafini, cuyo vocabulario y acciones avergüenzan al país, arengados por Cristina que fogonea todo lo malo y pésimo del cristinismo, incitan a la destitución de Macri y su gobierno. A ello se suma la oposición no kirchnerista que critica duramente pero no diferencia entre la causa de los desastres ocurridos en el país en los doce años de gobierno K y las medidas equivocadas de Macri.
Esto produce un cóctel funcional a Cristina y a sus incondicionales que, con gran picardía política y estratégica, se mezclan en las marchas de protesta y cobran energías para la crítica destructiva y destituyente aplaudida por los reclamantes que no se dan cuenta de que de esta forma aumentan el poder autoritario de la ex presidente. Entonces Cristina, Milagro Salas, Hebe, De Vido, Boudou y otros, resultan ser perseguidos políticos del “dictador” Macri y de su “partido judicial”.
Si Cambiemos y Macri siguen así, no sería difícil que la grieta destituyente de Cristina se profundizara. La llamada marcha federal del 2 de setiembre es un claro ejemplo de lo que afirmo. Creo que el Presidente tiene una severa responsabilidad que no alcanza a comprender. Si no mejora su política ausente en muchos casos y sus estrategias equivocadas en otros; si no instruye a sus ministros para que salgan masivamente a hacer docencia y si no mide las repercusiones de sus medidas que seguramente son correctas pero muy mal comunicadas y peor aplicadas, en 2017 sufrirá una grave derrota electoral y en 2019 perderá el gobierno.
No me preocupa que lo gane alguien de la oposición responsable; sí que tome el poder nuevamente Cristina o alguno de sus seguidores si ella está presa o multiprocesada, como es de esperar. Entonces Macri cargará con la responsabilidad ante el país de haber regalado el poder y entregarnos nuevamente en las nefastas garras del populismo y de la ausencia de democracia.