Con su título de licenciada en Ciencias de la Educación bajo el brazo, Roselys Romero (32) dejó su Venezuela natal para buscar un futuro en Mendoza. Allá dejó su cargo como profesora universitaria y su propia guardería pero acá no pudo ejercer. Recién hace unos días recibió la convalidación de sus estudios, aunque todavía le faltan algunos pasos para finalizar el trámite.
De los 3.800 ciudadanos venezolanos que llegaron en los últimos años, un 85% son profesionales, un 10% estudiantes de educación básica, secundaria o superior y 5% corresponde a no profesionales. Del total de profesionales (3.230) 35% son ingenieros, 25% vienen de ciencias exactas, 15% de salud y el resto pertenece a otras carreras.
Hasta el momento 17 médicos han logrado convalidar su título y ya trabajan, mientras que 4 licenciados en educación también recibieron la conválida. Además hay varios profesionales que siguen esperando para finalizar el trámite. Entre ellos la mayoría son ingenieros (16) , le siguen otros médicos (15) y licenciados en educación (14), entre otras profesiones como enfermeros, psicólogos, veterinarios, odontólogos y geólogos.
Seguir su carrera
Desde que llegó hace cuatro años Roselys trabajó en locales de comida rápida, sirvió viandas, vendió ropa y actualmente es empleada en una librería. "Si bien estoy fija allí y estoy muy agradecida quisiera tener el título lo antes posible para poder trabajar en la carrera docente para la que me preparé". Por esa razón lleva varios años peregrinando.
Una vez que finalice todos los trámites ella tiene pensado presentarse para dar clases en educación primaria para luego avanzar en otros niveles. Al partir de Venezuela, Roselys lo hizo con una amiga y dejó atrás a toda su familia. "Están repartidos por toda Latinoamérica: Colombia, Chile y República Dominicana", detalló. A pesar del desarraigo ella se siente feliz de vivir en Mendoza. "El trato de la gente es muy bueno, te apoya y es solidaria", consideró.
Hace unos días Richard Dávila (49) cumplió su primer aniversario en la provincia. Es ingeniero electricista, está tramitando sus papeles y los primeros meses de su estadía trabajó en una panchería. Actualmente está dentro del grupo de profesionales que iniciaron el trámite para que les habiliten oficialmente su título. "Todavía sigue en proceso de evaluación", detalló. De todas formas ha conseguido un trabajo dentro de su área. "Estoy en una empresa de la rama eléctrica que me dio la oportunidad aunque no puedo firmar planos porque no estoy colegiado", explicó. Igualmente espera poder tener novedades al respecto. "Somos varios ingenieros que nos encontramos trabajando el área, aunque hay otros que no han conseguido porque les piden el título como excluyente".
Experiencias en salud
Recibido de médico en Venezuela en 2015, Lenin Sánchez (27) llegó a Mendoza el año pasado. Aquí fue mozo, ayudante terapéutico y trabajó en la construcción. Luego de un año de no poder ejercer su profesión logró la revalidación de su título y hoy se desempeña en urgencias y atención primaria en el centro de salud de La Estanzuela en Godoy Cruz, así como en clínicas privadas.
"Gracias al apoyo de la provincia y del ministerio de Salud oficialmente somos reconocidos como profesionales, lo que nos da una gran satisfacción", manifestó el médico. Asimismo destacó el apoyo incondicional del gobierno local una vez que salió la resolución del Ministerio de Educación de la Nación.
"Pudimos sacar la matrícula provincial en Mendoza y acceder a cargos médicos tanto públicos como privados", contó Lenin, en relación a sus 16 colegas que se encuentran en su misma situación. El joven precisó que hoy cubre las vacantes disponibles y que tiene pensado para el año que viene, rendir el examen único para hacer la residencia.
“Creo que a las personas que he atendido se han sentido a gusto con mis servicios”, comentó.
Jasmith Saldivia (47) es anestesióloga venezolana y hace cuatro meses entró a trabajar el hospital Notti. "Con mi marido tenemos un año en Mendoza, vinimos en julio del año pasado pero tuvimos que volver para buscar unos papeles que nos faltaban para terminar los trámites migratorios", recordó.
A la espera de que le saliera el DNI ella trabajó como secretaria y ayudante de enfermería. "Decidimos venirnos porque la situación económica era insostenible, incluso siendo dos profesionales no nos alcanzaba el dinero. Además de la persecución en contra de muchos médicos y la falta de insumos, entre otros problemas", enumeró la mujer. Y aunque en su país natal ella ya estaba por jubilarse aquí tuvo que empezar de nuevo. "Ahora trabajo durante las mañanas y tengo media guardia, pero la verdad que estoy muy satisfecha porque por suerte todo está andando bien", remarcó.
Un largo viaje
Sobre la situación de los médicos venezolanos que ejercen en nuestra provincia, el subsecretario de Salud, Oscar Sagás, detalló que 6 trabajan en el subsector público (en su mayoría como generalistas), 9 en el sector privado y 2 hacen la residencia (en diagnóstico por imágenes y cirugía cardiovascular). "Hemos logrado buenos resultados con la conválida de los títulos y se los va a ir regulando de acuerdo a las necesidades de la provincia y la demanda".
Observó que por la distancia, a la Argentina llegan principalmente las personas con mayor formación. "La gente que se puede mover más lejos es la que se encuentra en una mejor situación, por eso es que tantos profesionales están llegando al país y en nuestro caso a Mendoza", resaltó.