Muy poco se conoce sobre una Comisión Filantrópica que fue creada para reconstruir la ciudad de Mendoza, luego de su destrucción por el sismo del 21 de marzo de 1861. Y menos aún, de las irregularidades y malversaciones de fondos que esta cometió durante los años posteriores.
Este hecho, hizo que el gobierno nacional protestara por aquella estafa que se estaba cometiendo. Por supuesto, esta noticia fue publicada por varios periódicos argentinos y dejó a la provincia de Mendoza muy mal parada ante los ojos de todos los ciudadanos del país y del mundo.
Como vemos, algunos de nuestros antecesores también se quedaban con los vueltos de los dineros girados desde la Capital Federal.
Juntos en familia
Después del terremoto que azotó a Mendoza en 1861, llegaron desde América y Europa gran cantidad de dinero a través de donaciones por parte de gobiernos, sociedades filantrópicas y particulares.
Una parte de ese efectivo fue tomada por el gobierno Nacional y se destinó a la ayuda de los damnificados y otro porcentaje se utilizó para proyectar la reconstrucción de la ciudad.
Para seguir con la construcción de la nueva ciudad, en 1863, se formó desde Buenos Aires una Comisión Filantrópica, que dependía directamente del entonces presidente Bartolomé Mitre. Inmediatamente, fue elegido para dicha comisión una distinguida personalidad mendocina a quien le unía una gran amistad con el mandatario argentino: Franklin Villanueva. Además, integraron esta comisión varios miembros de su familia -algo muy común en nuestro país- lo que causó las molestias a algunos funcionarios del gobierno de Mendoza.
La "Comisión Filantrópica" tenía a cargo la proyección las obras. También, la elaboración de presupuestos; el trazado de los planos; la ejecución y contratar a las empresas constructoras. Dicha comisión, a su vez, estaba obligada a presentar al gobierno de la Provincia los estudios técnicos. Todo supervisado por el Ministerio del Interior. Y por supuesto, enviar cada seis meses al gobierno nacional un informe de lo ejecutado y las cuentas de los gastos realizados en ese período, el que tendría que ser publicado.
Dinero fresco
Al poco tiempo de haber sido constituida, fueron enviados los fondos de la Nación con parte de las donaciones que habían llegado de varios países. Un año después, la Comisión no había rendido cuenta alguna de los dineros otorgados por la Nación. Lo que causó que las autoridades nacionales enviaran misivas para saber cuál había sido el destino de los fondos.
Parece ser que ésta, comenzó a gastar cifras faraónicas en proyectos y contrataciones de profesionales que vinieron a Mendoza desde Buenos Aires. Algunos de los contratados recibieron muy buenos honorarios, pero nunca ejecutaron el proyecto. Además, una importante parte de los gastos hechos por la Comisión no estaba debidamente comprobados y se emitieron algunos documentos falsos para justificar donativos.
Más seguro en casa
De inmediato, la Nación pidió al gobierno provincial que realizara una investigación sobre lo actuado. Solamente la Comisión Filantrópica, había entregado en un año la pequeña suma de 40.000 patacones y 14.000 pesos bolivianos. Muy poco de los miles de pesos que se habían enviado desde la Capital Federal. Mientras tanto el ministro del Interior, Guillermo Rawson, protestó por la falta de responsabilidad y descuido del presidente y los miembros de la "Filantrópica", ya que parte de ese dinero se podría haber depositado en el Banco de la provincia de Buenos Aires para ganar intereses.
La Nación envió otra partida de 38.445, 67 pesos y 10.000 en documentos a cobrar, pero el tesorero de la comisión se quedó con esas sumas, sin depositar el dinero en alguna entidad bancaria o financiera. Los presupuestos y obras que se pasaron para la construcción de la Casa de Gobierno, Penitenciaría, Hospital y escuelas, fueron muy superiores a los valores reales, ya que las construcciones eran muy simples y económicas, con un sistema de adobe, madera y techos de caña y barro.
Así, varios miembros de aquella "Comisión Filantrópica" utilizaron los donativos para beneficio propio, cometiendo serias irregularidades. A pesar de las protestas y posibles intervenciones judiciales, los miembros de aquella institución nunca fueron llamados a dar alguna explicación sobre los ciento de miles de pesos que se otorgaron. Con el tiempo, todo quedó en la nada.