Desde este espacio, hemos expresado decididamente en más de una oportunidad la importancia de la gobernabilidad para el fortalecimiento de un sistema democrático, en mayor medida en el caso de Argentina, con un proceso que si bien aparece consolidado luego de casi 36 años desde la reapertura de 1983, requiere de una estructura política sólida en virtud de los vaivenes de la economía, que siempre tienden a desacomodar a las respectivas gestiones.
En los últimos días desde el gobierno nacional se impulsó una propuesta de entendimiento entre dirigentes y partidos políticos para garantizar un compromiso de gobernabilidad, especialmente durante el tiempo electoral de este año.
Entre los 10 puntos propuestos por la gestión nacional, hay varios que merecen ser valorados porque hacen a la continuidad de políticas que, de una vez por todas, la Argentina deberá asimilar y aprender a mantener con el paso del tiempo. Por ejemplo: “Respeto a la ley, los contratos y los derechos adquiridos, con el fin de consolidar la seguridad jurídica, elemento clave para promover la inversión”. “Consolidación de un sistema federal, basado en reglas claras que permitan el desarrollo de las provincias y que impidan que el gobierno nacional ejerza una discrecionalidad destinada al disciplinamiento político”. “Asegurar un sistema de estadísticas transparente, confiable y elaborado en forma profesional e independiente”. “Cumplimiento de las obligaciones con nuestros acreedores”.
Estos aspectos contemplados en el decálogo de iniciativas que el Gobierno busca consensuar con dirigentes de la oposición son, de algún modo, parte fundamental de las decisiones de la gestión de Mauricio Macri desde la toma del poder, en diciembre de 2015.
La adopción de reglas de juego claras y perdurables en el tiempo, que incluyan el respeto a los compromisos adquiridos por el Estado, son fundamentales para que la confianza en el país vaya en aumento y las características de previsibilidad de las políticas que se adoptan sean mayores. En ese sentido, le cabe un meritorio reconocimiento al actual gobierno nacional. Se debe sumar la transparencia de las estadísticas, otro mérito de la actual gestión luego del infame avasallamiento del kirchnerismo al Indec.
La plena federalización del sistema político, tendiendo a que la influencia de la Nación sobre las provincias resulte cada vez menor, es otro de los asuntos de importancia que se plantea, puesto que, como se indica en la propuesta de entendimiento dada a conocer, la caja nacional por lo general siempre pudo más en la relación Nación-provincias que el legítimo reclamo de participación que le corresponde ejercer a cada Estado en el régimen federal.
Es entendible aceptar, en la actual coyuntura, que dirigentes opositores critiquen el modo de armado de la propuesta por parte del gobierno de Cambiemos y los alcances del llamado. Pero el difícil momento que vive el país en lo económico y social exige un esfuerzo de convivencia democrático que nadie ignora.