De mirar la mitad del vaso lleno o la mitad del vaso vacío se tratará todo análisis desde ahora para “estigmatizar” o “salvaguardar” la campaña de este plantel y cuerpo técnico, que nunca hay que olvidar que fueron convocados gran parte de ellos para disputar un Argentino B. Los extremos no son buenos: si bien hay mucho para reprocharles, hay otro tanto también para ponderarles. De hecho la actual posición del Lobo no extraña a nadie ¿o alguien podía imaginar a un Gimnasia protagonista? Desde adentro siempre manifestaron que la premisa es la permanencia y hoy se está en una situación holgada si se quiere.
¿Por qué? Porque de merodear de acá hasta el final por el actual promedio (1,260) el descenso lo tiene sin cuidado al Lobo, que sabe claramente que Central Córdoba divide igual que él y está tres puntos por debajo (Gimnasia tiene un partido menos). Es decir, si el equipo de Toti sigue sin sumar un maldito punto de visitante y continúa ganando casi todo lo que juega en casa, alcanza. De esta manera, la zona roja nunca lo tendrá al Mensana como uno de sus animadores. Este dato no es menor y por esto, en particular, hay que ponderar, entonces, el trabajo de Toti Arias. Esto desde lo frío de los números sin excavar en mayores detalles de lo futbolístico, que allí entraríamos ya en el terreno de lo subjetivo. Pero el hecho de estar entre el cielo y el infierno hace inevitable mirar para abajo y a esto se aferran los “estigmatizadores”.
¿Y qué tienen éstos para argumentar su escepticismo? Que una derrota ante Santamarina está dentro de lo previsible y que, proyectando estadística pura, el Lobo no sumaría puntos en San Martín ante Chacarita y tampoco en Campana, ante Villa Dálmine. ¿Y saben quién aparece en el horizonte cercano? Independiente Rivadavia. Sí, ante el peor escenario Gimnasia tendrá que ir al Bautista Gargantini sabiendo que ni más ni menos que 'los primos' pueden ser los responsables de que los números del Lobo queden en rojo.
Son seis puntos y ocho equipos para arriba mirando las posiciones y pensando en el Reducido; y tres puntos y cinco equipos observando de reojo para abajo al Ferroviario, que es la medida más cercana. Y cuando miran para abajo, los simpatizantes del Lobo entran en pánico. Claro, la saben lunga esa de sufrir por la permanencia. Y no la quieren volver a vivir.
