La galería Tonsa se renueva con un paseo dedicado al vino

El tradicional paseo céntrico quiere recuperar el esplendor que supo tener en los ‘60 y ‘70. En el subsuelo abrieron un espacio para que los turistas puedan conocer sobre la vitivinicultura local.

La galería Tonsa se renueva con un paseo dedicado al vino

En el pasado, la Galería Tonsa tenía poco que envidiarle a los actuales shoppings, ya que además de los dos niveles de locales comerciales albergó un supermercado, un cine y ostentó la primera escalera mecánica que se instaló en el interior del país. Con el tiempo esos negocios cerraron, el paseo perdió su esplendor y pasó a ser un sitio con un cierto aire de clandestinidad que muchos mendocinos preferían evitar. Desde hace unos meses, sin embargo, se han sumado algunos emprendimientos que apuntan a brindar servicios a los turistas en la Ciudad.

La ubicación es privilegiada para eso, ya que se encuentra a metros del edificio de Turismo provincial y del antiguo Kilómetro 0. De ahí que tres socios decidieran armar un Paseo del Vino en el subsuelo del centro comercial, para que los visitantes tengan un lugar en el microcentro donde pueden conocer un poco de la vitivinicultura local.

El recorrido comienza con la proyección de un video promocional de las actividades turísticas que se pueden realizar en la provincia, creación del productor televisivo Jorge Morales, uno de los ideólogos de la propuesta. De ahí, los viajeros pasan a otro espacio en el que pueden conocer la historia de la vitivinicultura desde la antigüedad, pasando por los comienzos en Mendoza y la actualidad local.

El paseo incluye dos pequeñas exposiciones, una de artistas plásticos mendocinos -con obras vinculadas al mundo del vino- y otra de máquinas y elementos antiguos de la industria, como una barrica y una tapadora manual. El circuito termina con una degustación de un varietal y la participación en juegos, con la posibilidad de llevarse algún recuerdo si se gana.

Morales detalla que hablaron con dueños de hoteles de la zona, quienes les comentaron que los turistas suelen preguntar qué pueden hacer en la Ciudad y las opciones se limitan a las plazas, el Parque y un par de museos. Mientras que para conocer sobre el vino deben tomar un tour o trasladarse a alguna bodega. De todos modos, planteó que esta propuesta de la Fundación Arte y Vino es complementaria, ya que sirve como una introducción para que luego vayan a establecimientos vitivinícolas.

En el libro de visitas de este espacio, que abrió a principios de abril, hay comentarios de viajeros provenientes de Córdoba, Buenos Aires y Rosario, pero también de Chile, Brasil, Perú, México, Puerto Rico, España y Bélgica. “Nos ha llamado la atención que les interese tanto la historia vitivinícola”, expresó Morales.

Al Paseo del Vino se accede descendiendo por la escalera central de la Galería Tonsa, donde se pueden apreciar tres murales -uno en cada nivel-, creaciones de los artistas plásticos Luis Quesada, José Bermúdez y Mario Vicente (datan de la inauguración en 1960).

Se trata de una obra que plasma tres elementos: aire, tierra y agua. En tanto el cuarto elemento, el fuego, lo aporta el sol cuando ingresa por la nave de luz, una cúpula que preside el conjunto. Y debajo está la fuente “de los deseos”, que fue recuperada hace poco y recibe monedas de quienes esperan que algún anhelo se cumpla.

En el subsuelo hay tres salones, a los que se desciende desde distintos ingresos (la Tonsa tiene accesos por calles San Martín, Catamarca y San Juan). En los dos restantes funcionan una sala de juegos y una academia de danza.

El que hoy ocupa el paseo dedicado al vino y al tango -los sábados a las 22 hay un show con músicos y bailarines en vivo- era un depósito. Tres años atrás, Raúl y Jorge Morales, junto con Orlando Videla, descubrieron que este local estaba abandonado y decidieron abrir Expo 365, para emprendedores, artesanos y artistas. Y hace poco, se concentraron en el mundo vitivinícola.

A los adultos se les cobra una entrada de 150 pesos -los niños entran gratis-, pero como se trata de una fundación tienen pensado destinar parte de lo recaudado a organizaciones sociales.

Más novedades: vinoteca y pizzería

En el ingreso principal de la galería, por avenida San Martín, se concentra la mayoría de los “arbolitos”, con su invitación al “cambio, cambio”. Pero también hay dos negocios que abrieron en el último año y cambiaron la fisonomía de este paseo.

Tienda de Vinos es la única vinoteca que hay en este tramo del centro. Lisset Ferreira cuenta que su hermano Juan Carlos, el dueño, eligió este punto por su cercanía con el edificio de Turismo y la Peatonal. La mayor parte de las botellas son de pequeñas bodegas, boutique o familiares, ya que apuntaron a ofrecer etiquetas diferentes a las que se encuentran en un supermercado. Además, cada viernes y sábado realizan degustaciones sin costo para dar a conocer una marca.

Al otro lado, un horno de barro y una extensa barra en forma de U reemplazaron el mobiliario de la tienda de indumentaria para hombres que durante años estuvo en el frente de la Tonsa. Pablo Massarutti es el maestro pizzero de Los Inmigrantes y quien no sólo elabora las pizzas a la piedra -su especialidad es la muzzarella- sino que también entretiene a los comensales con un espectáculo mientras lanza al aire la masa para convertirla en un círculo que mete al calor al mismo tiempo que la salsa y el queso.

Además de en la barra, los clientes pueden sentarse en las mesas en la vereda y, como también están ubicadas frente a la vinoteca, cuando piden una botella de vino es de aquí de donde proviene. La elaboración a la vista y la posibilidad de pedir por porción son dos distintivos de la pizzería.

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