“Es mentira que haya agresiones, sí hay debates intensos. Este sindicato está atravesando hace dos o tres meses un debate interno respecto de conductas bastante individuales que han asumido algunos miembros de este sindicato”. Con esta afirmación, Raquel Blas, secretaria general de ATE, reconoció las diferencias que cruzan al gremio y que tienen como principal disidente al secretario gremial, Carlos Simón, a quien evalúan rescindirle la licencia gremial aunque no pueden quitarle su cargo.
Las declaraciones son respuesta a la nota que publicó Los Andes el martes pasado, en la que se dio cuenta de que a un año de las elecciones para renovar las autoridades en el gremio, la sucesión destapó una interna caliente que amenaza con divisiones en ATE. En este sentido, aunque la actual conducción asegura que no hay fisuras, los ánimos están tensos y disparan acusaciones cruzadas entre los sectores enfrentados.
Una muestra de este clima es la conferencia de prensa organizada ayer en la sede de ATE. La secretaria general se aprestó a dar un informe detallado de las diferencias existentes con algunos dirigentes y a su vez desmintió las acusaciones de Simón, quien dijo que fue golpeado por el congresal Fernando González (de las filas de Blas).
“Es mentira que alguien de este sindicato haya agredido a alguien de la conducción”, rechazó la titular de ATE y no disimuló los enojos que hay con el referente disidente, al que acusó de “colaboracionista” con el Gobierno. Pero más allá de los cruces y las denuncias, el momento de mayor tensión se vivió en la puerta de la sede gremial. Allí Simón y un grupo de afiliados esperaban para dar cuenta de sus posicionamientos.
Así, en la vereda de la sede se improvisó una nueva ronda de prensa que debió trasladarse a unos metros de la puerta para evitar enfrentamientos entre los dos bandos.
En las preguntas que surgen a futuro, ayer se dejó en claro que si bien Simón no puede ser removido de su cargo (por tratarse de un puesto para el que fue elegido por los afiliados), sí puede quedarse sin la licencia gremial, hecho que obligaría al dirigente a volver a cumplir con su horario en el Iscamen. Esta decisión será tomada por la comisión directiva. “Ella no es la reina de ATE y por encima suyo hay un estatuto”, reclamó el opositor.
A su vez, ayer también quedó evidenciado que Simón participará en el próximo proceso electoral que renovará las autoridades gremiales. Quien es hoy el tercero en la jerarquía de ATE (antecedido por Blas y Roberto Macho) podría encabezar la lista que competirá por la sucesión. Las elecciones serán en agosto de 2015 y la renovación se dará el 6 de noviembre del próximo año.
La pelea
El fuego cruzado quedó abierto entre ambos sectores y más que los motivos, lo que quedó en claro es que no hay vuelta posible para reconciliar las dos posturas. “El modelo de sindicato colaboracionista es el que lamentablemente está encarnando el secretario gremial de ATE, Carlos Simón. Esto da mucha tristeza pero lo ha expresado él”, calificó Blas y se diferenció en su conducción.
Del otro lado, el secretario gremial retomó la idea y devolvió la acusación: “En ATE hay un modelo autoritario en donde, o vos hacés lo que ella dice, o sos un traidor. Hemos demostrado con años de trabajo que se pueden obtener un montón de cosas sin este modelo patoteril, en donde uno dice una cosa y te tenés que andar cuidando de que no te peguen”, señaló Simón.
Sin muchas precisiones sobre el cuándo y el por qué, el conflicto tiene al menos dos antecedentes que se remontan, como mínimo, a hace cinco meses. El primero tiene que ver con la vinculación política de Blas con el Frente de Izquierda y los Trabajadores, puntualmente, con el Partido Obrero. Esto se ve en todo movimiento convocado por ATE, en donde suele estar presente algún legislador del FIT. Es en este espacio, la secretaria gremial podría ocupar una candidatura el año próximo.
La vinculación fue objetada por el sector disidente y terminó por encender una de las defensas más acaloradas que expuso ayer Blas. “En este sindicato nunca se discriminó a ningún trabajador por su afiliación política. Estas prácticas de 'macartear' al zurdito llevaron a que hoy en día estén buscando a 30 mil compañeros desaparecidos”, recriminó y no admitió cuestionamientos.
Pero lo que reclaman los díscolos es que ATE tenga “autonomía” de cualquier partido político, y en este sentido Simón dijo que no tiene “afinidad” con ningún sector partidario. “Ella dice que yo estoy aliado (al Gobierno) pero acá es ella la que está aliada a un partido” , contraatacó Simón.
Esta última aclaración viene a cuenta del segundo antecedente que le fue dando forma a la pelea. El 22 de mayo, el dirigente díscolo firmó el acta de acuerdo paritario de la Administración Central y avaló un punto que terminó generando controversia interna. Simón aceptó la posibilidad de un nuevo aumento anclado a los números del Indec. Este hecho fue reconocido por el mismo suscriptor como un “error”, pero terminó por generar discusiones puertas adentro y levantar suspicacias en el sector opuesto.
“Queríamos pensar que era un error, ahora a la luz de todo lo que está sucediendo cabe la pregunta de si no fue otra cosa”, puso en duda Blas y vinculó a su adversario con el oficialismo. “Hubo reuniones de algunos ministros con el secretario gremial por afuera de los cuerpos de delegados y asambleas de los trabajadores, en donde se estaría impulsando la creación de comisiones técnicas mixtas como una alternativa para la paritaria”, acusó la titular de ATE.
Con este panorama, se terminó por oficializar la pelea en ATE, aunque luego de las acusaciones hubo aclaraciones que intentaron poner paños fríos o, al menos, tranquilizar. “Acá no hay fractura sino conductas individuales de dirigentes con los cuales el sindicato tomará las acciones legales, administrativas y judiciales que tenga que tomar”, anticipó Blas en referencia a Simón y otros dirigentes que tuvieron su baja gremial, aunque el mensaje también fue una advertencia a los que puedan estar pensando en plegarse al movimiento disidente. “Vamos a ser fieles custodios de que no se utilice la pelea de un sector para algún tipo de arreglo con características personales”, avisó.
Una protesta para el 8
El próximo miércoles 8 habrá un paro nacional organizado por ATE en conjunto con otros sectores estatales. Hoy se decidirá en Mendoza cómo será la medida de fuerza que tiene varios motivos expuestos. “Los argumentos sobran en este país. El nuevo Código Civil va a ser la carta abierta para todo aquel que quiera robar. Sufrimos salarios congelados frente a una inflación que avanza, despidos, suspensiones, salario en negro”, anunció Blas y prometió detalles para los próximos días.