El próximo 10 de enero, la novedosa Fórmula E llegará al país, más precisamente a Puerto Madero, Buenos Aires. La nueva categoría se caracteriza por sus motores eléctricos de escaso ruido y su premisa fundamental: la ecología. El evento se presentó ayer en el Yacht Club de dicho barrio porteño, con la presencia del español Alejandro Agag, el promotor de la Fórmula E; Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gabinete de la ciudad de Buenos Aires, y el ingeniero Carlos García Remohí, que preside la Comisión Deportiva Automovilística del Automóvil Club Argentino.
"Hay posibilidades de que un argentino corra en la fecha argentina. Hay gestiones. Juan Manuel López ya probó un auto. Pero la categoría, si bien brinda su apoyo, no define qué pilotos participan; eso es potestad exclusiva de los equipos", manifestó Agag, que cumple en la Fórmula E el mismo papel que desempeña Bernie Ecclestone en la Fórmula 1.
"La categoría tiene un gran compromiso con Buenos Aires, porque desde que era solamente una idea y no se había siquiera trazado un boceto de un auto de Fórmula E, la ciudad ya había dado su consentimiento de albergar la Fórmula E una vez que se hiciera el campeonato", agradeció el promotor, a quien ver a los coches correr en Pekín, la única fecha desarrollada hasta ahora, le "parecía mentira". "Un año y medio antes de esa carrera había bocetos de autos, nada más. La categoría no estaba materializada", comentó el español, que siguió destacando a la urbe del Obelisco: "Tras la carrera de Pekín tuvimos propuestas de 60 ciudades del mundo para recibir a la categoría. Destacamos la palabra de Buenos Aires, que creyó en este proyecto cuando nadie lo conocía. Por eso el compromiso con esta ciudad, que dio su palabra antes de que todo esto naciera".
La Fórmula E dispone de motores eléctricos, menos costosos y contaminantes que los convencionales pero lo distintivo es la ecología, no la electricidad. De hecho, el material de información para la prensa no fue impreso sino virtual: está disponible sólo en el sitio de Internet. Como lo aclaró Agag: "Si bien son autos eléctricos, no sé si en el futuro un auto ecológico será eléctrico. Quizá sea a hidrógeno, y en ese caso nosotros nos volcaríamos a eso. El concepto de la categoría es la ecología, no la electricidad".
Por su parte, Rodríguez Larreta habló desde el punto de vista de la organización porteña: "La ciudad viene de dos grandes experiencias de automovilismo: las carreras callejeras de Súper TC 2000. No tengo dudas de que ésta de Fórmula E va a ser un gran éxito. Buenos Aires ya vivió el acontecimiento popular del automovilismo y esta competencia refleja la idea de la ciudad respecto de esta nueva onda verde que se intenta instalar acá, como con las bicisendas. Incluso hay un proyecto para utilizar autos ecológicos, eléctricos, en Buenos Aires", anticipó el funcionario, sin dar detalles.
El poco tránsito que suele haber en el sur de Puerto Madero hace de la zona un espacio óptimo para un circuito callejero, que en el caso del porteño será de apenas 2,44 kilómetros de longitud. El sábado 10 de enero, en una Buenos Aires previsiblemente calurosa y menos congestionada en cuanto a tránsito, lo recorrerán los 40 coches, pero 20 pilotos: cada una de las 10 escuderías tiene dos conductores y estos corren con dos vehículos cada uno, pues la autonomía de la batería no cubre totalmente la distancia de la carrera.
Luces y sombras de la nueva categoría
Dos años y medio después de que a Alejandro Agag se le encendiera la idea de un campeonato de monoplazas eléctricos, la Fórmula E vio la luz el pasado 13 de setiembre en Pekín. La capital china no desentonaba. Un cielo gris y nublado por la contaminación iba a juego con uno de los principales objetivos de la nueva competición de la FIA: el compromiso y la promoción de la energía limpia y la sostenibilidad.
El estreno no defraudó. Los pilares de la Fórmula E son sólidos. Encontramos ex pilotos de Fórmula 1 como Jaime Alguersuari, Sebastian Buemi o Nick Heidfeld y familiares de mitos del automovilismo como Nico Prost, Bruno Senna o Nelsinho Piquet. Además, pilotan coches que aceleran de 0 a 100 en sólo 2,9 segundos aunque estén impulsados por una batería eléctrica y el paso por curva de los monoplazas también es interesante. Y, aunque parezca una meme, son atractivos a la vista.
La reducción de costos es otra de las virtudes de la nueva competición. Los equipos tienen un presupuesto que no supera en ningún caso los 4 millones de euros y cada prueba del campeonato se celebra en un solo día para abaratar los gastos. En la Fórmula E todo se celebra el sábado: entrenamientos libres, calificación y carrera.
Pero la Fórmula E también tiene lunares. La velocidad punta de los bólidos es preocupante. En directo, se hacen eternos los trayectos de los monoplazas en las rectas. Y es que la gestión de la batería es otro de las claves de las carreras. Los pilotos deben cuidarse mucho de administrar correctamente la potencia de sus coches. Es que las baterías no duran más de 25 minutos. Por ello, los pilotos han de hacer un cambio de monoplaza en boxes a mitad de carrera, cambio que deja mucho que desear. Algunos tardaron más de dos minutos en mudarse de coche.
Habrá que estar atentos a la evolución del campeonato. Este año todos los coches son idénticos pero a partir de la próxima temporada, los equipos podrán innovar en baterías y motores para potenciar la competencia tecnológica y hacer más emocionantes las carreras.
El tema del sonido da para un libro. Se hace muy extraño que los coches de la Fórmula E casi no hagan ruido. En la calle de boxes, los mecánicos deben andar con mucho ojo para no ser atropellados por los monoplazas porque apenas se les oye al acercarse. En pista, el sonido va en contra del automovilismo clásico en el que los rugidos de los motores y el olor a gasolina invaden los circuitos.