La “Fierro”, un clásico renovado

En el primer número de su rediseño, el ilustrador mendocino, Federico Calandria, fue convocado para la tapa.

La “Fierro”, un clásico renovado
La “Fierro”, un clásico renovado

Con la tapa de un ilustrador mendocino en el número que está en los quioscos desde diciembre, la nueva versión de la clásica revista de historietas argentina "Fierro", apostó al cambio de formato. En diálogo con Cultura Los Andes su editor, Lautaro Ortiz, ofreció todos los detalles de esta etapa que recién comienza.

- ¿Cómo se gestó el nuevo formato?

- Después de 125 ediciones mensuales ininterrumpidas desde octubre de 2006 a marzo de 2016, y un largo recorrido con los autores, decidimos junto a Página/12 buscar una renovación en la publicación. El advenimiento de tiempos complicados, claro, empujó a tomar tal decisión. Durante la llamada “Segunda etapa de Fierro” (la primera fue de 1984 a 1992), dirigida por Juan Sasturain, exploramos distintas maneras de relatos, jugamos con libertad gráfica, creamos diversos espacios dentro de la revista, logrando un cóctel entre los autores más consagrados del género y los que habían crecido en la década del ‘90 en tiempos de fanzines, al mismo tiempo incorporando nuevas voces.

Al determinar una salida trimestral y pasar a 100 páginas, Sasturain me deja la conducción del barco y con el desafío de replantear la propuesta, aunque con mismo espíritu: mantener a la “Fierro” como un espacio de creación y exploración de la imaginación. Asumí el desafío y armamos algo con un sentido más de colección, y una lectura menos fragmentada, buscando historias cerradas que empiecen y terminen en cada edición, y dar lugar a una propuesta más gráfica, explorando formatos e ilustraciones, e incluimos relatos ilustrados como fue el relato hallado de Haroldo Conti.

- La versión actual tuvo como última tapa el laburo de un mendocino…

- ¡Sí!, siempre se tuvo en cuenta a los autores del interior. Sería largo dar una lista de dibujantes y guionistas del interior que han publicado en la segunda “Fierro”. En esta tercera etapa, como dijiste, tenemos a Fede Calandria, mendocino, quien realizó la hermosa tapa de la edición de diciembre que mencionás. Hace rato veníamos viendo el trabajo de Calandria en algunos libros y en las redes sociales, y creímos que era tiempo que tuviera su oportunidad y de ahí su portada. Calandria es un ejemplo claro de cómo hay tantas imaginaciones en Argentina, sólo hay que detenerse a mirar.

- ¿Cómo seleccionás el material a publicar en cada entrega?

- La selección de material se realiza como en toda editorial: hay muchos trabajos a pedido y otros que llegan como propuestas. Se trata de leer todo el material que llega.

- ¿Talla ser guionista de historieta a la hora de evaluar lo que te mandan para considerar?

- No creo que ser guionista sea una especificidad de la historieta. Quiero decir, abordar un guión de historieta más allá de cierto conocimiento técnico tiene que ver con saber contar. El que sabe contar y tiene algo que contar, es el autor que nos interesa. Claro que hoy la manera de contar no es la misma de antes. Hoy las historias son fragmentadas, casi balbuceos de historias, algo que insinué en el editorial del número de setiembre.

- ¿Cuándo y cómo comenzó tu relación con la historieta?

- Desde siempre he sido lector de historieta y lo sigo siendo, es lo que me interesa. Ocupando la silla de editor siempre que se dio la oportunidad incluí a autores de este arte en todas las revistas que participé, porque lo que más me interesa de los medios de comunicación son las revistas, y la historieta es un arte de revistas. En el editorial de junio, la primera de esta tercera fase, hice la defensa del ganchito en las revistas.

- ¿Diferencias y similitudes entre las tres versiones de "Fierro"?

- Las diferencias tienen que ver con las épocas y ciertos cambios artísticos. La antigua “Fierro” está inmersa en un momento político, como la entrada en los tiempos de la democracia y en el terreno del arte en una exploración de las limitaciones de ciertos géneros a los que recurre la historieta: policial, western, etc., digamos un cuestionamiento hasta te diría crítico del concepto de aventura que se tenía en la llamada época dorada de los ‘50.

Veinte años después en 2006, con la “Fierro” vieja o “La segunda Fierro”, también participa de un momento político de gran libertad creativa y esperanza. En el terreno del arte, lo que era exploración ya se consolidó en un camino distinto; la aventura ya no era la misma de antes, el héroe no era el mismo y la épica tampoco. De las grandes extensiones a cielo abierto como desiertos y mares, pasamos a una aventura más personal y de ambientes cerrados, más intimistas, lejos de las grandes épicas y llegamos a un presente que arranca también en un momento político distinto. De hecho la periodicidad, de mensual a trimestral, está ligada a una desesperanza general.

- ¿Cómo trabajaste con Santoro?, otro autor inesperado que aparece en esta nueva versión…

- A Santoro lo conocí personalmente cuando presentamos el “Versero” de Juan Sasturain, junto con Horacio González en el Centro Cultural de la Cooperación. Allí conversamos de una posible colaboración. Quedamos en vernos y ese encuentro no se dio de forma predemeditada, sino azarosa, Nos encontramos en el bar La Poesía, de San Telmo, y Santoro estaba con sus cuadernos de dibujos. Sobre la mesa estaban bocetos y ensayos del “Manual del Niño Neoliberal”. Me lo mostró ahí mismo y arreglamos la publicación. Fue un orgullo haberlo publicado.

- En resumen: ¿Fierro tiene una orientación política?

- Claro que sí, como dije en algunas otras preguntas, a través de “Fierro” se pueden observar y leer la realidad política y social argentina. La historieta argentina está ligada a la realidad. A veces ese hilo parece invisible, pero está. Como siempre, se trata de saber leer.

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