Quizás sea un término que se haya escuchado alguna vez pero lo cierto es que para la población en general la fibrilación auricular (FA) es una incógnita.
Pese a esto, es una amenaza latente para una proporción importante de personas, no sólo por su incidencia sino además por las consecuencias, entre las que se cuentan la mayor predisposición a padecer un accidente cerebro vascular (ACV), en cuyo caso se asegura que tendrá peores consecuencias.
Es que para quienes presentan este desorden, se incrementan 5 veces las posibilidades de sufrirlo dado que aumenta el riesgo de desarrollar coágulos en sangre, mientras que 12 a 16% se producen por esta causa.
No es un tema menor si además se tiene en cuenta que se considera que 1 de cada 4 personas mayores de 40 años la desarrollará a lo largo de su vida.
La fibrilación auricular (FA) es el trastorno más frecuente del ritmo cardíaco, que provoca irregularidad de los latidos del corazón.
Durante la FA, las aurículas (cavidades superiores) del corazón no bombean toda la sangre dentro de los ventrículos (cavidades inferiores) causando su acumulación. Cuando esto sucede, puede dar lugar a la formación de un coágulo en la sangre. Si una parte del coágulo se desprende y viaja hasta el cerebro, puede causar un accidente cerebrovascular.
A mayor edad aumentan los riesgos de padecerla, mientras que en muchos casos no presenta síntoma alguno. Por otra parte, tiene mayor incidencia en los países menos desarrollados.
La prevalencia estimada de la Fibrilación Auricular es de alrededor del 1% de la población total pero en mayores de de 60 asciende al 7% y al 10% luego de los 80. Entre los mayores de 75 años, el 60% de quienes la presentan son mujeres.
ACV, discapacidad y demencia
El doctor Luciano Sposato, especialista en Neurología Vascular señaló que los ACV son la primer causa de discapacidad en adultos y que la tendencia es al aumento en el número de casos.
Se trata de una de las enfermedades neurológicas más costosas para el sistema de salud después del Mal de Alzheimer.
"En los países de ingresos medios y bajos se duplicaron los casos entre 1970 y 2010 -explicó- mientras que en aquellos en desarrollo hay más chances de padecer uno".
Por otra parte, la patología aparece más tempranamente en estos últimos territorios, con una diferencia de alrededor de una década. Si en los países ricos se observa mayor prevalencia de casos a partir de los 75 años en el resto es a partir de los 65.
En este sentido hizo hincapié en el envejecimiento poblacional y la mayor expectativa de vida, lo cual implica que los mayores serán mayoría y vivirán más tiempo, ante lo que toma mayor relevancia la necesidad de que sean años de buena calidad de vida en contraposición con las posibilidades de discapacidad si se sufre un accidente cerebrovascular.
"El 73,3% de los ACV son isquémicos, es decir cuando la arteria se tapa con un coágulo", subrayó en relación a la FA.
Además comentó que "en el futuro se hablará de cómo prevenir la demencia por Fibrilación Auricular" ya que esta aumenta 34% el riesgo de padecer este trastorno. Por otra parte se estima que la demencia aparece diez años después del ACV.
Desde su punto de vista en el corto plazo la FA será la primer causa de este tipo de accidentes en países como Argentina.
Aclaró que es raro que se presente en jóvenes por esta causa mientras que éstos suelen tener mejor recuperación por tener mayor plasticidad neuronal.
El primer accidente cerebrovascular es especialmente grave, con una mortalidad del 20% e incapacidad en el 60% de los casos, en tanto se calcula que aproximadamente 50% de las personas que sufren un accidente cerebrovascular relacionado con la FA mueren al cabo de 1 año.
El laboratorio Boehringer Ingelheim organizó un foro sobre el tema el pasado 16 de mayo en Mendoza. Allí se destacó al importancia de detectar este cuadro a tiempo para brindar tratamiento temprano y adecuado. Este debe realizarse con anticoagulantes que reducen dos tercios el riesgo de ACV, según detalló el cardiólogo electrofisiólogo Sergio Dubner.
En la ocasión se presentó un nuevo producto de la empresa que según se indicó a diferencia de los existentes en el mercado no requiere controles periódicos para ajustar las dosis. Es que uno de los problemas es la falta de adherencia al tratamiento por parte de los pacientes debido a la necesidad de controles.
La médica hematóloga María Esther Aris Cancela señaló que al quedar la sangre acumulada en las aurículas pueden formarse coágulos que pueden migrar hacia otros lugares del cuerpo, el mayor riesgo es que lleguen el cerebro.
Por ello, a través de los anticoagulantes se busca evitar la formación de embolias, lo cual con un tratamiento adecuado se logra en un 68%.
Dubner explicó que la FA se potencia con otras enfermedades como las cardiopatías mientras que estudios han demostrado que aparece asociada a otras patologías crónicas: el 68% de los pacientes presenta hipertensión arterial y 42% dislipidemia.
"La fibrilación auricular y la insuficiencia cardíaca tienen un mecanismo de retroalimentación (...) se incrementa dos veces el riesgo de mortalidad", destacó.
El diagnóstico puede realizarse a través de un electrocardiograma, pero cuando el síntoma es intermitente es necesario realizar un holter que permita un diagnóstico continuo en más tiempo.
El doctor Sposato comentó que el momento de la toma de presión arterial es clave para detectarlo por lo cual sugirió interrogar a quien lo haga sobre la existencia de arritmias, "es una oportunidad de oro".
Para tener en cuenta
Factores de riesgo. Las posibilidades de contraer FA aumenta con la edad, duplicándose aproximadamente con cada década. Otros factores de riesgo son: enfermedad cardíaca estructural, valvulopatías, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad de la tiroides, alcoholismo y uso indebido de sustancias.
Síntomas. Muchos pacientes con FA pueden no tener síntomas y no son conscientes de su afección. Los síntomas que pueden experimentar son: palpitaciones, fatiga, debilidad, mareos, desmayos, dificultad para respirar y angina (dolor en el pecho).
