Visto a la distancia, la reciente advertencia de la Reserva Federal puede sonar a un chiste de mal gusto. Porque el máximo organismo monetario acaba de advertir el riesgo que puede provocar una política de tasas de interés bajas, si ésta es aplicada durante un largo período de tiempo. Justo lo que hizo la Fed desde que estalló la crisis subprime en 2007 hasta hoy.
En su informe semestral de estabilidad financiera, el banco central que preside Jerome Powell puso el foco en este aspecto, en momentos en que acaba de reducir los tipos por tercera vez consecutiva.
"Si las tasas de interés tuvieran que mantenerse bajas durante un período prolongado, la rentabilidad de los bancos, de las compañías de seguros y de otros intermediarios financieros podría verse sometida a una gran presión, lo que los incitaría a adoptar comportamientos riesgosos, incrementando la vulnerabilidad del sector frente a shocks futuros".
LO QUE VENDRÁ
Sin embargo, hace dos semanas el presidente de la Fed anticipó que lo que viene en el mundo en materia financiera es un largo período de tasas de interés bajas. Estas declaraciones fueron formuladas por Powell en una audiencia ante el Congreso estadounidense, donde el funcionario advirtió que la economía mundial va a tener que acostumbrarse a esta situación.
"La nueva tendencia son tasas de interés más bajas, una inflación más baja y, probablemente, una tasa de crecimiento económico más baja. Lo vemos en todos lados, no solo en EE.UU.", explicó Powell a los legisladores, dando a entender que los economistas evaluaron mal la situación actual, sobreestimando el nivel de desempleo óptimo. Esto hizo que el organismo fuera demasiado rápido en su política de suba de tasas, que comenzó tímidamente en diciembre de 2016, pero tomó mucha más velocidad durante 2017, con tres subas, y en 2018, con cuatro más.
"Nos encontramos en un mundo de tasas mucho más bajas. Parecería deberse a factores estructurales de largo plazo, y hay pocos motivos para que esto cambie", agregó ante el comité del Congreso que lo recibió.
LOS RIESGOS INHERENTES
Durante toda esta década pasada, en la que los principales bancos centrales como la Fed, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón aplicaron política monetaria expansiva, con agresivas reducciones de sus tipos y recompra de activos con emisión monetaria masiva para apuntalar la economía tras la crisis subprime, las colocaciones de los inversores se dirigieron a alternativas más riesgosas, como los mercados emergentes.
Fue así que la Argentina se vio beneficiada durante parte de los últimos años con ingresos significativos de fondos, ya fuera por el lado de la compra de bonos domésticos, o por inversiones en distintos sectores de actividad, principalmente energético.
Luego, con el cambio de tendencia en materia de tasas por parte de la Fed a partir de 2017, las crisis en cadena de los emergentes se sucedieron una tras otra, mientras los inversores deshacían posiciones y realizaban un "flight to quality" hacia colocaciones más seguras.
En ese sentido, Lael Brainard, una de las gobernadoras de la Fed, alertó, en un comunicado por separado, sobre los riesgos que surgen a nivel corporativo en un entorno como éste: "La combinación actual de créditos muy bajos y de niveles de endeudamiento elevados entre las empresas no financieras consideradas como riesgosas merece que se lleve adelante un mayor control para evitar futuras crisis", sostuvo.
LAS CRIPTOMONEDAS
Pero además, para la Reserva Federal, este entorno de potencial inestabilidad puede agravarse por culpa de las criptomonedas y, en particular, el libra de Facebook, que busca reducir la volatilidad de las monedas virtuales tomando su cotización a partir de una canasta de activos.
"La posibilidad de que un sistema de pago de una moneda virtual estable rápidamente alcance una escala mundial plantea importantes desafíos e introduce riesgos en materia de estabilidad financiera, de política monetaria, de barreras contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, así como de la protección de los consumidores y los inversores", advirtió la Fed, exigiendo que se aplique una regulación rigurosa.