El anochecer del pasado lunes no tuvo nada de feliz para los vecinos del barrio La Favorita y sus alrededores. Y si bien ya venían avisando de los problemas eléctricos de la zona, decidieron hacer una manifestación para visibilizar su drama ante el resto de la sociedad.
Alrededor de las 19 del lunes, los vecinos se convocaron en la esquina donde la avenida del Libertador se divide, en el lugar conocido como "el triángulo". La convocatoria había sido planificada con algunos días de anticipación y de hecho, algunos vecinos resaltaron que solo los medios de comunicación los tomaron en cuenta cuando la situación pasó a mayores, como sucedió mas tarde.
"El problema es que decidimos hacer algo al respecto; la gente ya está cansada, porque hace una semana que la luz se va casi durante todo el día; a veces va y viene, lo que hace que se nos rompan los electrodomésticos. Y acá muchos dependen de la electricidad para enfrentarse al frío", explicó Pablo Guevara, quien hace 62 años vive en el corazón del barrio más grande de Capital con 25 mil habitantes a quienes deben sumárseles los de las villas de emergencia.
Según Guevara, presidente de la Unión Vecinal de este barrio, todo se origina por los asentamientos que hay “hacia arriba” -y lo dice señalando hacia la montaña-, donde existe uno llamado Néstor Kirchner, cuyos habitantes serían personas que antes vivían en los terrenos del ex ferrocarril, en la Sexta Sección.
"A 300 metros hacia el sur de La Favorita hay un barrio que es una villa. A esos Edemsa les puso corriente y transformador. Eso ha traído problemas. Y nosotros somos los perjudicados, a pesar de que pagamos religiosamente y no somos los colgados. Pero de noche, cuando uno mira hacia el barrio, sólo nosotros estamos a oscuras", dijo en tono acalorado.
Desde Edemsa, en tanto, reiteraron las explicaciones que sostuvieron durante el día lunes, diciendo que al problema de los "colgados" se le suma el ordenamiento territorial, o más bien el desorden, y la quema de un cable subterráneo que fue solucionado la misma noche del reclamo.
De todas formas, no descartaron que los cortes no vayan a volver a suceder. "Se busca una solución, pero no podemos asegurar que no vaya a pasar más. Esto es producto de la sobredemanda y de que los barrios -La Favorita, Cerro de La Gloria, Nueva Esperanza y las zonas aledañas- no se pueden alimentar por vías alternativas ante un problema eléctrico", explicó Javier Domínguez, encargado de Relaciones Institucionales de la empresa de electricidad.
Los vecinos también creen que hay barrios nuevos, como el barrio Escorihuela -con los papeles al día- que también van a afectar el suministro, al igual que la villa deportiva que se está levantando junto al estadio Malvinas Argentinas. Al respecto, Domínguez aclaró que todo barrio, toda obra legal, lo es porque se tiene en cuenta este aspecto y que no se verán afectados.
El estado de ánimo está tan crispado que los vecinos amenazan con tomar medidas similares a las del día lunes. Incluso, se habló de la posibilidad de marchar hasta la puerta del barrio privado Dalvian, para lograr mayor notoriedad.
Pocas luces…
"En esta zona necesitamos mucha ayuda, nos están sacando servicios y no nos avisan. Por ejemplo, si nos van a cortar la corriente nadie nos dice nada. Si el colectivo va a cambiar el recorrido, tampoco", dice Amanda, otra vecina con más de 50 años en La Favorita.
La mujer, jubilada, añade que cuando suceden los cortes de luz se ve a las mujeres con cochecitos en la puerta de sus casas temerosas de que les ocurra algo a sus hijos. "Pareciera que estamos en medio del campo, y estamos a 10 minutos del Centro. Nos tienen que aceptar como parte de la ciudad", reclama.
Georgina vive en los puestos que están hacia el oeste del barrio. Cuenta que está al día con la luz -porque en esa zona si quisiera colgarse no podría- y que los sucesivos cortes le hicieron perder la carne y los sachets de leche que tenía en la heladera.
"Se sube y se baja todo el tiempo. Anoche tuvimos que ir a comer a la casa de mi hermana en Guaymallén porque tuvimos que tirar toda la comida y estábamos a oscuras. Yo ya no sé a quién reclamar porque el viernes y el sábado pasado estuvimos todo el día sin luces", describió la mujer con un bebé en brazos a la salida del centro de salud.
María vive en el barrio Kilimanjaro, uno de los asentamientos que está en el pedemonte mendocino. Contó que ellos tienen problemas para acceder al servicio eléctrico y que anoche participó de los reclamos junto a sus hijos.
"Tuve que llevarlos porque si íbamos solas dejábamos a los niños sin nadie que los cuidara y en ese barrio hay muchos robos; a una señora que iba a la protesta le robaron la cartera. Así no los podemos dejar", describió.
Otro de los vecinos aseguró que desde el camino que va desde el Zoológico, después del destacamento policial, hasta La Favorita, no tiene un solo poste de iluminación y que de noche no se ve absolutamente nada.
Por último, Antonia Altamirano, dueña de uno de los quioscos cercanos a la Unión Vecinal, contó que perdió yogures, hamburguesas, milanesas de pollo, pata muslos, todos alimentos que tenía para vender y que tuvo que tirar.
Remedios y vacunas sin refrigeración
Según explicaron desde el Centro de Salud del barrio La Favorita "Arturo Oñativia", que atiende a unas 400 personas por día entre turnos y urgencias, también se han visto afectados por los cortes de energía que se vienen sucediendo, al menos, desde hace dos semanas.
El problema es que allí, además de los consultorios, tienen heladeras con vacunas que deben mantenerse refrigeradas, al igual que las muestras de laboratorio, y que durante el turno de la noche la enfermería no puede quedarse sin electricidad.
"No pueden atenderse urgencias sin luz, el laboratorio no funciona y el instrumental de los odontólogos, por ejemplo ayer, no pudo desinfectarse. Acá los turnos se manejan por internet y no pudimos darle a nadie por no tener las computadoras", dijeron en la guardia del centro de salud.
Natacha Eisenchlass, secretaria de Gobierno de la municipalidad comandada por Rodolfo Suárez, explicó que el problema de los cortes es que se rompe la cadena de frío de los medicamentos, algunos de ellos para pacientes que requieren insulina. "Cuando esto ocurre los sacamos del centro de salud y los derivamos a otras dependencias municipales, como la que está en el barrio San Martín. La funcionaria indicó que desde la Municipalidad han hecho los reclamos correspondientes a Edemsa.
500 personas y un micro
Los vecinos aprovecharon la presencia de Los Andes para reiterar un problema sin solución aún: servicio de colectivos deficiente. "Pasan dos líneas (del grupo 3 y 5) y siempre vienen llenas. A veces hasta se juntan 500 personas en la mañana para poder tomarse un micro. Muchos de ellos o terminan bajando para poder tomarse otro de los micros que pasa por el Parque o directamente se van al Centro caminando", contaron dos vecinas en una de las verdulerías del barrio.
Pablo Guevara, presidente de la Unión Vecinal, agregó que hay gente que llega a esperar 3 horas para poder subirse a un colectivo. Adelantó que el sábado habrá una reunión vecinal para resolver cómo harán frente a la convocatoria para una audiencia pública del Ministerio de Transporte de cara al proyecto de licitación de líneas de colectivos, que se realizará el próximo 23 de junio. Y advirtió que todos los vecinos no piensan tolerar que esta situación siga sucediendo.
En tanto, desde esa dependencia aseguraron que el barrio ha sido uno de los más beneficiados, con varios recorridos nuevos en el contexto de la saturación de la red actual que sufren todos los barrios de Mendoza, y en la licitación actual se lo contempla.
"Se han ampliado en estos últimos dos años recorridos de manera importante, además, se han colocado puntos de recarga de Red Bus en la Policía y estamos atendiendo sus reclamos", dijo Fernando Rodríguez coordinador de gabinete del Ministerio.
Heridos por piedrazos
En la mañana de ayer, una mujer, de unos 40 años contó lo que vivió durante la violenta noche del lunes, cuando reclamaba por los cortes de luz que afectaron su domicilio.
Se identificó como Juana y mostró rasguños en sus brazos, manos y en la cara. Dijo que cuando estaba con su camioneta, en la que iban a bordo 5 niños y dos personas mayores, una de ellas con discapacidad, unos deportistas -ya que ella intuye que salieron de adentro del predio deportivo de la UNCuyo- la agredieron porque los manifestantes no dejaban que salieran con sus vehículos.
"Creo que eran profesores, o deportistas, no sé, los que empezaron a tirarle piedras a mi auto y al vidrio de arriba del techo lo rompieron. Después una persona me agarró y me sacó por ahí, me corté con todos los vidrios. Después me arrastró por la tierra, diciéndome ‘negra de m...’ y que de qué me estaba quejando. Otra chica tiene un corte profundo en el gemelo y parte de la mano hundida", describió. Juana hizo la denuncia policial del hecho.
Desde la Universidad dijeron que los manifestantes se metieron al club rompiendo la tela que separa al predio de la calle Champagnat.
"A una de las personas tuvieron que hacerle cirugía reconstructiva de cara por los piedrazos que recibió. Y hay varios lesionados; de todo esto hay denuncias en la Policía", dijeron desde la UNCuyo.