Cuando Alejandro Conte vio en la Fiesta Provincial del Teatro “Inverosímil”, de Ariel Dávila (obra que se llevó el primer premio en dicho encuentro) quedó atrapado por la historia. Pasaron los años y era momento de hacer algo nuevo. Después de protagonizar y dirigir “Amor de hombre” tenía en el tintero llevar el cómic a las tablas, esa oscuridad tan propia de la obra de Alan Moore.
¿Pero qué tendrá que ver una tragedia con “La broma asesina” de Moore? Aunque no parezca ambos se conectan por el melodrama, y esos universo son parte de la versión que el grupo Árida con coproducción del Le Parc estrena esta noche.
El absurdo de la realidad
El texto de Dávila es una pieza redonda donde los diálogos y personajes ensamblan a la perfección. De allí la eficaz combinación de distintos géneros en una misma obra. La tragedia griega signada por un caso policial; de ahí el absurdo de algunas situaciones.
Todo se desprende de la misteriosa desaparición de Patricia Iribarren. Nadie sabe exactamente qué es lo que pasó. Mientras que su hija Encarnación está comprometida por una serie de mentiras, sufre por amar al mismo hombre que su madre. Pero Irenio no es sujeto cualquiera, sino que lo llaman el Hombre Deleble por padecer un terrible mal.
“Se me ocurrió llevarla a los años cincuenta e instalar la historia en nuestro medio. E incluí esa estética y oscuridad del cómic porque se trata de un melodrama, y en el fondo el cómic también plantea el sufrimiento, eso de los imposible, que la chica está enamorada de un Superhéroe y viceversa”, cuenta el director y actor sobre su mirada.
Damaris Gamboa, Danyel Bustos, Gustavo Torres, Julieta Cano y Sebastián Dolz es elenco de actores que eligió Conte para interpretar a estos personajes miserables, que sacan a relucir lo peor de sí, sin importar el daño.
En la trama aparece el doctor Domínguez, médico de la familia Iribarren quien tiene aspiraciones científicas. Un caso de fertilización asistida y la dudosa paternidad, pone de relieve el tema de la identidad de los seres humanos y hasta donde estamos dispuestos a llegar.
Aunque lo patético de las situaciones torna al drama en algo cómico. “Ese enredo de telenovela venezolana está presente. Sufren por amor, una desaparición, las ambiciones. En el fondo las tragedias tienen mucho de inverosímil. Y ese sufrimiento se toma con un humor negro. Es una puesta para que el espectador se vaya feliz, se divierta y vea una estética y puesta diferente”.