En la nochecita del domingo pasado Alcides Chaira (19) recibió dos puñaladas en la calle Tierra del Fuego del loteo Bazán. Murió allí mismo, minutos después, rodeado de su familia que esperaba la ambulancia.
Aquella tarde Alcides amasó y cocinó pan junto a su padrastro, Agustín Chaire.
Trabajaba en el campo para mantener a su familia y últimamente salía poco, su mamá le pedía que no lo hiciera porque tenía miedo de que le pasara algo, la asustaban los hechos de inseguridad en la zona.
"Él se quedaba porque mi mamá tiene ataques de epilepsia cuando se pone nerviosa y él no quería que le pasara nada", cuenta su hermana María Laura. "Mami, soy joven, quiero salir, después voy a tener hijos y va a ser más difícil", le había respondido el sábado.
Delfina Aguilar, la mamá, está al borde del llanto casi todo el tiempo y se quiebra ni bien comienza a hablar. "Mi hijo estaba sanito, lo empezaron a llamar a las 4 de la tarde y me decía, un ratito dame mami y yo le decía que no saliera". Finalmente decidió ir. "Ahorita voy a volver mami, – dijo Delfina que le prometió– pero no volvió más", recuerda entre lágrimas.
Unos minutos después llegaron dos mujeres para darles la noticia y fueron hasta el lugar. "Estaba boca abajo, tenía sangre y los ojitos medio cerrados, respiraba pero ya después los cerró. A mi hijo lo han traicionado, no sé quién pero Dios sabe", sostiene.
“Salió para encontrarse con una chica que lo llamó”, dice Joel, uno de sus hermanos y agrega que luego supieron por comentarios que era la novia de uno de los atacantes. La policía detuvo a dos hombres sospechosos de estar involucrados, uno de 21 años y otro de 15 años.
"El chango era muy bueno, muy respetuoso, por eso tiene apoyo acá", dice el padrastro, que no puede trabajar por problemas de salud. La familia vive en dos habitaciones que Alcides alquilaba.
Otro de los hermanos, Eloy, quien viajó desde Bolivia para acompañar a su familia habla sobre la delicada situación económica por la que atraviesan. “Ahora, además, necesitamos dinero para abogados”, apunta. Miembros de la comunidad, incluso de otros departamentos los han ayudado con el sepelio y alimentos. Están preocupados por la falta de recursos pero lo que más desean es saber quién mató a Alcides. “Que estén presos o no vamos a estar tranquilos”.
La ambulancia
La familia reclama que no hubo ambulancia en la zona y que pese a que había personas con vehículos que se ofrecían a trasladar a Alcides cuando aún estaba con vida, los efectivos no se lo permitieron.
Los relatos apuntan a que la ambulancia, que venía desde Tupungato, demoró más de 40 minutos por lo que no fue asistido. Desde el área sanitaria del departamento sostienen que no fue así. Que está registrado en el sistema que desde que ingresó el llamado al 911 hasta que llegó al lugar donde el chico pasaron 19 minutos. Ya era tarde.