La planta de ensamble de aviones livianos que la empresa Aerotec montó a fines de mayo en Rivadavia, acaba de completar el armado de las cuatro primeras aeronaves que salen de su taller y proyecta otras 30 para los próximos doce meses.
Las expectativas de trabajo en Aerotec son muchas ya que los aviones armados en sus talleres llegan a un mercado interno necesitado de aeronaves que renueven el parque, donde el promedio de antigüedad de las máquinas que vuelan en la Argentina ronda hoy los 30 años y en el que cada vez es necesario el entrenamiento de más pilotos.
"Hay mucho mercado para este tipo de aviones biplaza, livianos y de un solo motor, que resultan versátiles para diversas tareas, entre ellas la instrucción de nuevos pilotos; nosotros estamos terminando de montar en nuestros talleres los cuatro primeros aviones, pero ya tenemos pedidos por 30 más", explicó José Cardama, director de la planta de ensamble de Aerotec, una empresa familiar que dirige en Rivadavia junto a sus hermanos Diego y Mario.
Gracias a una flota propia de una docena de máquinas, en los últimos años, Aerotec se ha especializado en la oferta de diversos servicios aéreos y también, en el mantenimiento y reparación de aviones; pero a mediados de mayo y con la presencia del gobernador Francisco Pérez y del intendente Ricardo Mansur, la familia Cardama sumó una tercera unidad de trabajo e inauguró su planta de ensamble de aviones livianos de la firma italiana Tecnam Costruzioni Aeronautiche, aviones de instrucción básica con altos niveles de calidad y estándares similares a los que rigen la fabricación de esas aeronaves en Italia.
Gracias a ese convenio, Aerotec importa aeronaves de Italia con una terminación del 60% y produce en su planta el 40% restante de los trabajos, con materiales y mano de obra local.
"En nuestros talleres se monta el motor, las alas, todas las partes móviles, la cristalería, se pintan los fuselajes, se hace la instalación del instrumental y de los comandos; finalmente se realizan los ajustes de terminación y también las pruebas de vuelo", enumeró Diego Cardama y explicó que para toda esa línea de producción, la empresa cuenta con un plantel de una veintena de técnicos, mecánicos y pintores. Y es que a diferencia de la industria automotriz, donde el ensamble de los vehículos se ha automatizado notablemente, el armado de los aviones, cualquiera sea su tamaño, sigue siendo básicamente una tarea artesanal.
Los modelos que produce Aerotec en su planta de Rivadavia son cuatro y ya tiene terminados uno por cada tipo: el P92, el P2002, el P2008 y el Astore, con un precio de mercado que va desde el millón al millón y medio de pesos, y una versatilidad de uso que los hacen muy utilizados en diversas actividades que van de la instrucción y el entrenamiento de pilotos a la inspección y el patrullaje de grandes regiones.
En la Argentina vuelan hoy cerca de 4.000 aeronaves y unas 1.500 de ellas son aviones livianos, muchos con hasta 60 años de antigüedad. "Nuestro objetivo es ofrecer al mercado la renovación de las naves más antiguas y obsoletas, construidas en los años 50 u 80 que fueron las décadas del 'boom' de la aeronáutica nacional. A lo que apuntamos desde nuestros talleres es a que en un plazo de 10 años hayamos podido insertar cerca de 500 nuevos aviones al mercado nacional", cerró José Cardama.