Nancy Pazos escribió larga carta para Marcelo Tinelli en la que le dice que no quiere bailar en Showmatch, pero que sería jurado. Amén de que nadie sabe si alguien la llamó para el "Bailando por un sueño",
Pazos se tomó el atrevimiento de lanzarle una larga carta pública a Tinelli con recomendaciones.
Le dijo “Marce no olvides tu escencia”, para después asegurar “hace mucho que no compartimos un café”.
Después le pidió al rey de la tele que no convoque a Florencia Cocucci, la modelo testigo en la muerte del fiscal Alberto Nisman. "Del vale todo del infierno no se vuelve", asegura
Además le agradeció por haberla apoyado tanto en su carrera. Tinelli no se ha dado aún por enterado y nadie sabe si es otra movida de Nancy hacia la fama, si alguien la convocó o si ella misma se “enroscó” con una oferta que jamás le hicieron.
La carta completa:
MARCE NO OLVIDES TU ESENCIA
Carta abierta de Nancy Pazos a Marcelo Tinelli
@cuervotinelli
Hace mucho que no nos vemos y mucho más que no compartimos un café. Te admiré y defendí siempre. Hasta cuando mis colegas progres y altaneros intelectualmente allá por los 90 no entendían el éxito de masas que significabas en las medianoches de Telefé. Aún no tenías ni una décima parte del dinero y el poder que tenés hoy y sólo dos hijas pequeñas.
Una noche como cronista de Clarín fui a los estudios de Telefé a cubrir el 1r arrepentimiento oficial de las Fuerzas Armadas por las aberraciones que habían cometido durante la dictadura: aquella charla histórica entre Martín Balza y Bernardo Neustadt me conmovió... venía de trabajar en el CELS x los derechos humanos y aquél momento me pareció increíble...
Sin embargo la mayor sorpresa de esa noche cuando salía corriendo para la redacción a escribir la crónica del otro día, me la dio Claudio Villarroel en los pasillos de Telefé: "Marcelo está seguro que vas a ser la periodista del futuro, vení a verme que queremos producir tu programa...", me dijo. A mí me temblaron las piernas.
Fuiste mi mecenas y nunca lo olvidaré. Sé que te defraudé porque tus intentos porque dejara la temática política y me inclinara por cuestiones más populares fueron en vano. Así que quedé lejos de tus expectativas y de tu inversión inicial.
Después volviste a llamarme para hacer las cámaras ocultas de Showmatch. Te puse más condiciones que la Reina de Inglaterra para devolver las Malvinas y cual caballero las cumpliste todas: mi equipo manejaría la producción para que no hubiera filtraciones, yo haría un reportaje duro y fuerte y el remate gracioso estaría a cargo de Ronen Schwart porque yo me prestaría a la farsa para engañar a los políticos en serio pero no a los chistes finales...
Fueron 15 filmaciones imperdibles en apenas 48 hs porque teníamos que evitar que se propagara el secreto. Sólo dos salieron al aire y fueron pico de rating Después el programa viró hacia el Bailando y las restantes bromas políticas fueron a parar al archivo y nunca salieron en pantalla.
Se me abrieron dos frentes: el familiar -yo estaba ya viviendo con un político y había quebrado la confianza del "sistema" así que mi ex suegro estaba horrorizado con lo que le había hecho a su amigo Luis Barrionuevo- y el laboral. Por entonces escribía las columnas del sábado en el diario Perfil y para Jorge Fontevecchia mi participación en las cámaras ocultas era símbolo de haber perdido credibilidad. Su columnista político del Domingo, Jorge Lanata, en ese mismo primer programa se había disfrazado de Mick Jagger. Pero para Fontevecchia Jorge Lanata estaba blindado (lo mismo dijo de CFK y de Scioli en su contratapa de ayer en Perfil que por cierto vale la pena leerse) y podía volver del ridículo: "Solo entiendo que sos un misógino con tu explicación -le contesté, pero lo acepto" y obviamente me despidió.
Pasó muchísimo tiempo desde entonces. Después volviste a honrarme cuando compraste Radio Del Plata y me diste la conducción del mediodía, así que la trasmisión pasó de tus palabras y las del entonces presidente Nestor Kirchner a los estudios donde recibí tu orden de empezar la nueva Del Plata...
Claramente soy una privilegiada. Siempre que pudiste me convocaste. Pero el último llamado de Ideas del Sur me sorprendió: pedías que participara del Bailando por un Sueño y yo realmente pensé que era una broma de mal gusto. Pero resultó que era cierto y como no quise ofenderte (soy militante de género y entenderás que el cuerpo femenino mostrado como objeto de compra venta me provoca náuseas, amén que encima con mis kilos de más aparecería en ese contexto como patética, jaja) y desafiante te contraoferté ser jurado.
Primero porque estudié baile clásico, español, zapateo americano y soy profesora de música y solfeo recibida a los 10 años de edad, experiencia artística que sólo aplico en mis cumpleaños y el de mis amigos sin parar de bailar toda la noche; pero mi propuesta de ser parte de tu jurado este año iba más allá. No quería representar ni a la buena ni a la mala. Sino a aquélla que más allá de la performance en la pista o de los actings previos o posteriores de la dupla en rigor, calificara también el comportamiento humano de los participantes durante la semana.
De alguna manera empezar a utilizar una herramienta tan poderosa como es tu poder de comunicación para fijar valores como cuando en determinados colegios más humanistas no alcanza sólo con tener el mejor promedio sino que igual te sacan de la bandera si fuiste soberbio o mal compañero.
Así no ganaría solamente la mejor pareja de danza ni la más popular por sus previas sino también aquéllos que se comportaran como mejores personas
Hoy leí que tu producción convocó para el Bailando de este año a la modelo que salió con el Fiscal Nisman. Estoy segura que es un error o que quizás algún ansioso habló en tu nombre y a vos ni se te pasó por la cabeza. Pero si por algún motivo esa idea está rondando en tu cercanía, con la mayor humildad y sin ser nadie, salvo alguien que quiere el corazón que conoció detrás de tu fachada frívola, te pido Marcelo que no lo hagas.
Porque todo tiene un límite
Y del VALE TODO del infierno NO SE VUELVE
De la chica de Villa Soldati al chico pueblerino de Bolívar...
