La militancia kirchnerista reunida anoche en el gimnasio de Arsenal de Sarandí, cantó y bailó por el regreso de Cristina Fernández al Senado de la Nación, aún cuando el resultado electoral no fuera el que soñó el 21 de junio pasado.
Aquella vez, también en Arsenal, la expresidenta lanzaba Unidad Ciudadana, con las PASO como primera estación. Los veinte mil votos de diferencia que reunió el kirchnerismo contra Cambiemos en las primarias, resultaron pocos para la elección de ayer, en la que se cuentan los porotos de verdad.
Anoche, el oficialista Cambiemos imponía irreversiblemente a sus dos candidatos a senadores, Esteban Bullrich y Gladys González, postergando a la tercer banca a Cristina Fernández y dejando en el llano al peronista Jorge Taiana.
“Unidad Ciudadana ha venido para quedarse. Unidad Ciudadana será la base, no la totalidad, de la construcción de la alternativa a este gobierno”, dijo Cristina Fernández, en el breve discurso en el que admitió la derrota. “Unidad Ciudadana sabe que es una semilla de esperanza política y la vamos a regar todos los días”, agregó.
Hubo que esperar hasta las 23,24 para que Cristina Fernández subiera al escenario, acompañada por el resto de los candidatos, entre ellos, Jorge Taiana, Daniel Scioli y Leopoldo Moreau. “¡Senadora, Cristina, senadora!”, se escuchó cantar a los militantes.
Cristina empezó su discurso viendo el vaso medio lleno. “Unidad Ciudadana ha sumado en estas elecciones más votos que en las PASO”, arrancó.
“Hemos sido capaces de crecer a pesar de que nos hemos enfrentado a la más enorme e inédita concentración de poder que se tenga memoria en la democracia”, agregó.
La expresidenta, de inmediato, diferenció su ajustada derrota, con la experimentada por otros opositores. “Debemos estar orgullosa porque el resto de las fuerzas opositoras no resistieron el avance del oficialismo y nosotros sí hemos crecido”, dijo, referencia que parece apuntar a Sergio Massa, y sus poco más de diez puntos conseguidos.
“Solo Unidad Ciudadana ha crecido, es un dato objetivo de la realidad y emerge como la oposición más firme a este gobierno”, sostuvo. Destacó, entonces, que en otras provincias “hay claros liderazgos políticos con posiciones firmes; son los que avanzaron”.
“La sociedad ha elegido qué modelo de oposición quiere”, insistió. Reconoció que “una fuerza opositora a este modelo económico social necesita ampliar su base” dijo la ex presidenta.
Cristina reconoció la derrota: “A pesar del crecimiento, no nos alcanza para superar a nuestros adversarios: somos serios y responsables, jamás montaríamos un espectáculos para tener una imagen televisiva”, dijo, acaso refiriéndose al festejo apurado de Cambiemos en las PASO.
“Hemos crecido y construido un gran proyecto en apenas cuatro meses”, dijo y habló de “hazaña” pese a la derrota.
Más temprano, Leopoldo Moreau había afirmado que “la última boca de urna nos otorga una ventaja, pero esto es tan solo una fotografía”. . También dijo que “hasta aquí se ha desarrollado con normalidad (el proceso electoral)”, descartando versiones sobre posibles fraudes.
Sin remontada
A las 21,15, el escrutinio provisorio oficial ya daba 42,92 para Cambiemos y un 35,86 para Cristina Fernández. Iban contadas el 33% de las mesas.
Sonaban los Ratones Paranoicos, la locutora invitaba a bailar. Pero la ausencia de dirigentes reflejaba un signo poco auspicioso. No habría remontada de votos como en las PASO.
Hugo Yasky, gremialista de la CTA y candidato a diputado, comentó a este diario, cerca las diez de la noche, que Unidad Ciudadana había hecho una elección “positiva, acorde con las PASO”. El que no reclamara la victoria sonó a admisión de la derrota.
Anoche, cuando faltaba menos del 1% por escrutar de las 35 mil mesas bonaerenses, Cristina Fernández quedaba a unos 387 mil votos de Bullrich.
Su ex ministro, Florencio Randazzo, el candidato del oficial del PJ con quien Cristina Fernández no quiso competir en las PASO, sumaba más de 490 mil votos.
Un enigma que el PJ deberá resolver
Unidad Ciudadana logró hacer su acto de cierre. Cristina Fernández llenó la cancha de Racing el lunes 16. Un día antes de que apareciera el cadáver de Santiago Maldonado.
El de Racing, antes que de Unidad Ciudadana, fue un acto peronista. Hubo muchas las alusiones al peronismo. Cristina se permitió especular que tanto Evita como Perón la votarían.
La “peronización” de la campaña en la recta final se vio como un aviso hacia los sectores peronistas que pretenden armar “un PJ sin Cristina”.
La expresidente, con su demostración de fuerzas ante 70 mil personas movilizadas, más una elección competitiva en Buenos Aires (aún en la derrota), dejó un mensaje claro: sería un error armar un peronismo anti-k. Dentro del heterogéneo y sinuoso peronismo, nadie tiene, hoy, los votos que aún siguen respaldando a la dos veces presidenta de la Nación.
El camino hacia 2019 está abierto para todos los peronistas con aspiraciones presidenciales, aunque en algunos casos hay más ripio que asfalto en ese camino. Entre los heridos, están el salteño Urtubey o senadora. Cristina Fernández habló a sus seguidores y buscó aglutinar detrás de sí a la oposición.Sergio Massa.
Otros resucitaron como Adolfo Rodríguez Saá. Cristina quedó sentada sobre más de tres millones de votos. No alcanzaron para el triunfo, pero parecerían demasiados como para jubilarla.
