Como si fuera una "Y". María Eugenia Vidal "colgada" de, al menos, dos candidatos presidenciales. Serían Mauricio Macri y, por ahora, el salteño Juan Manuel Urtubey. Ese es el plan electoral diseñado por Marcos Peña, que nació con dos rechazos, de Sergio Massa y Roberto Lavagna.
El objetivo de Peña es que Vidal sume votos de quienes no van a votar a Macri pero tampoco a los Fernández. Así, piensa el jefe de Gabinete, Cambiemos se aseguraría la reelección en la provincia de Buenos Aires, que equivale al 37,01% del padrón nacional.
"Si hay otros candidatos a Presidente que quieren apoyar a nuestra gobernadora para que no vuelva el kirchnerismo, no nos parece una alquimia ni un atajo", enfatizó Peña en una entrevista.
Pero en el corazón del Gobierno hay una interna feroz. Algunos ministros advirtieron que esto va a limar las posibilidades de Macri y, por el contrario, aumentará las chances de Alberto Fernández.
El temor del “ala política” oficial es que el Presidente se termine quedando afuera de un balotaje. Y esa idea genera urticaria en el círculo rojo empresario, donde pedían a Vidal y ahora ya no saben si van a poder contar con Macri.
Pero Peña, jefe de campaña de Cambiemos, está convencido. Ayer le pidió a la UCR que convenza a Alternativa Federal de ir por el "Plan Y" y el armado de una coalición más amplia, en línea con lo que los radicales reclamaron en su convención nacional.
Ayer Massa, Lavagna y Urtubey negaron que existan negociaciones. El salteño no cerró la puerta a una colectora: "Aspiro a que la dirigencia de Buenos Aires, organizada, resuelva acompañarme o no", dijo.
“No tengo prevista ninguna reunión con la Gobernadora Vidal. Sería bueno que los funcionarios del Gobierno Nacional dediquen su tiempo a gobernar”, dijo Massa. Y en su entorno apuntaron que el “Plan Y” era una nueva “bomba de humo” de Cambiemos.
Trampa propia
El Gobierno oficializó el 12 de abril pasado el decreto 259/2019. Con él se prohibió las listas colectoras y las candidaturas múltiples para las elecciones presidenciales.
El decreto afirma que las “colectoras” provocan “inequidad entre los competidores” y “conspiran contra la emisión de un voto informado y afectan seriamente la calidad del proceso electoral como un mecanismo eficaz de rendición de cuentas”.