El 14 de septiembre de 1866, a días de haber cumplido los 78 años murió Tomás Guido. Su vida comenzó y finalizó en Buenos Aires, lugar que solo abandonó para ser parte de grandes empresas patrias.
Como todos los jóvenes de la élite nacional estudió en el Colegio de San Carlos. Allí se relacionó con los grandes intelectuales de la época, los mismos que llevaron a cabo la gesta de 1810. Guido participó de aquellas jornadas revolucionarias. Morenista de la primera hora, acompañó a los hermanos Moreno en el famoso viaje a Inglaterra de 1811. Vio morir a Mariano sin poder hacer nada. Una vez en Londres, a fines de aquel año, conoció a José de San Martín. Se convirtió en amigo y aliado fiel. Pronto regresaron al Río de la Plata. El resto de la historia es bien conocida.
Lo que no ha sido muy difundido es que algunos historiadores consideran a Guido como el autor intelectual del Cruce de los Andes. Algo realmente probable, ya que tiempo antes de que comenzaran los preparativos refirió sobre este plan a Martín de Pueyrredón. Logró convencerlo y San Martín logró su apoyo. Sostén que se tradujo en el dinero y hombres que aportó Buenos Aires.
Guido se desempeñó oficial mayor de la secretaría de guerra y participó en la preparación de la campaña sanmartiniana. En 1817 llegó a Mendoza y se incorporó al Ejército Libertador. Posteriormente acompañó al general a Chile. Allí conoció a Pilar Guido con quien contrajo nupcias de inmediato.
Gracias a las cartas que envió a su esposa conocemos diversos aspectos históricos de lo sucedido. Dichos documentos se atesoran en el Archivo de la Nación y nos dan a conocer al hombre, que mientras liberaba América daba explicaciones a su mujer:
"Me han entregado tu amable cartita n° 12. La he leído con gusto -escribió desde Valparaíso el 18 de agosto de 1820-, pero me cuesta combinar como has podido atribuir mi anticipada salida de Santiago a algún sentimiento menos cariñoso. Son bien públicas las razones que tuve para ello y nuestra demora en el puerto. Si bien no estaba fuera de mi cálculo, lo estaba fuera de las esperanzas del General, de cuya amistad no debía yo abusar. Estoy seguro no te habría sido menos sensible que a mi haberme mantenido a tu distancia innecesariamente. Quisiera tener también a mi alcance al que te ha imbuido de mis diversiones. Es verdad que en el camino tomé la escopeta por distracción. Es verdad que concurrí a un baile por la necesidad de acompañar al General y Director, pero es falsísimo que en ambas ocasiones haya conseguido alegrar mi espíritu. Por olvido no te había hablado de estas cosas, y yo te suplico que en otra ocasión me hagas más justicia discerniendo los actos deliberados de la voluntad, de los pasos forzados a que a veces me impele mi posición pública".
En 1827, una vez consagrada la Libertad, la pareja se instaló en Buenos Aires. Tuvieron en total cuatro hijos, uno de los cuales fue el talentoso poeta Carlos Guido y Spano. De quien hablaremos en otra oportunidad.