En su manillar lleva el 152 y lo hará sin asistencia. Él mismo deberá atender a su moto todos los días en el vivac. Una aventura con todas las letras para Roberto Gajdosech, quien ya sabe lo que es correr el Rally Dakar.
“Ya no aguanto las ganas para arrancar. Sinceramente me gusta más el campo que la ciudad. Pero es así y tengo que cumplir con todo esto. Quizá también sea parte de la emoción de uno”, comentó ayer, minutos antes de subir a la rampa.