Un siglo de vida para una escuela probablemente signifique mucho más que esos cien años, ya que para ser justos, habría que multiplicar ese tiempo por los miles de alumnos y maestros que pasaron por sus aulas.
Será por eso, tal vez, que el centenario de una escuela siempre reúna a generaciones enteras en el mismo patio, con las mismas emociones y el recuerdo de haber vivido allí, un pedazo grande de la infancia.
Y esta vez la escuela primaria José Bolaños, de San Martín, es la que cumplió cien años y parte de su comunidad educativa se reunió a celebrarlo con un acto en el patio principal, discursos y una serie de números artísticos, la mayoría interpretado por los mismos alumnos.
“Mi papá, mi hermana, yo y toda mi familia vinimos a esta escuela”, contó emocionada Cristina, ex alumna de la Bolaños: “Tengo hermosos recuerdos de mis compañeros, de los maestros y del director Ponce y de su rectitud y cariño”.
La escuela 1-113 José Bolaños fue creada en 1914 bajo el nombre impersonal de escuela infantil 22; tuvo una primera maestra que hacía las veces de directora y que fue doña Guillermina Bourguet, una mujer emprendedora que tuvo que lidiar con las precarias condiciones que implicaba dictar clases a 51 niños en un viejo rancho de adobes cedido por un vecino generoso.
“La escuela tuvo distintos domicilios, pero siempre por acá, en la zona que hoy se conoce como barrio Centenario”, cuenta Raúl Arancibia, el actual director de la Bolaños, mientras ultima los detalles para el inicio de la fiesta: “El número central de hoy será precisamente una recreación a cargo de los chicos, sobre aquellos primeros años del siglo XX, cuando la escuelita estaba recién abriendo sus puertas”.
Hoy, la Bolaños tiene una matrícula de 370 alumnos y trabajan allí unas 30 personas entre maestros y personal no docente; además tiene un nuevo edificio en calle Breyer y Alvear, en el 4º barrio de Comercio, que fue estrenado en 2001 y que luce hoy en casi tan buenas condiciones como las del día de su inauguración.
Cuentan las actas de la Bolaños que durante los primeros años de vida, la escuela tuvo varios nombres y distintos domicilios, incluso hacia mediados del siglo XX funcionó en uno propiedad de la sociedad Juan Citón, que ocupó hasta 1951, cuando inauguró su primer edificio propio: una cadena de cuatro aulas, que le permitió cubrir hasta 4º grado la demanda escolar de la zona.
Hubo muchos directivos y docentes que dejaron su huella en la Bolaños, y esa larga lista de nombres tal vez se pueda resumir en el de Graciela Mathus de Carra: “Fue docente y luego directora entre 1919 y 1949; años en los que la comunidad y la escuela estaban muy unidos”, cuenta Arancibia.
A mediados de los ‘70 se creó el primer cargo de maestro de jardín de infantes y por esos años, la matrícula siguió aumentando hasta los 400 alumnos; más acá en el tiempo y con un edificio de casi 50 años, comenzaron los problemas de cloacas, techos e instalaciones por lo que se hizo urgente la construcción del nuevo establecimiento, que se inauguró en 2001.
“En los años ‘70 nos mudamos a esta zona y nos encontramos con una escuela muy amable”, recordó Salvador Caramazza, que fue durante mucho tiempo miembro de la cooperadora escolar: “La Bolaños fue y es un segundo hogar para muchos niños y gran formador de valores. Personalmente me siento orgulloso de haber sido, junto a mi familia, parte de su historia porque es sin dudas, ejemplo de escuela pública”.
