De repente, el mini teatro del Colegio San Gabriel se puebla de jóvenes. Están ávidos de escuchar una clase magistral. Frente a ellos, hay un interlocutor que les habla como un profesor. No utiliza pizarrón, marcadores ni proyector.
En realidad, no hacen falta. La claridad se percibe en cada una de sus respuestas y la instantánea habla por sí sola: el nutrido grupo de jóvenes de primero y segundo año de la carrera de Periodismo Deportivo contempla inmutable cada una de las palabras que el “profesor” emite sin rodeos ni pelos en la lengua.
Los teléfonos prendidos no lo achican, al contrario. La cátedra se hace cada vez más interesante. Tanto, que terminará casi dos horas después de prenderse los grabadores.
Sebastián Ariel Méndez, entrenador de Godoy Cruz, brindó una jugosa charla en la Escuela Superior de Periodismo Deportivo de Mendoza en la que prácticamente no dejó tema sin tocar.
Pasado y presente del equipo, sus vivencias como jugador y DT y, por sobre todas las cosas, la relación entre jugadores y entrenadores con la prensa especializada, un tema que está en el tapete luego de la polémica decisión que tomaron los jugadores de la Selección Argentina de no hablar más con la prensa tras el partido del martes frente a Colombia en San Juan.
“Yo no veo acertado que la Selección no hable. Tampoco veo acertado que un periodista diga que un jugador fumó un porro un día antes del partido. Y si dice que tiene pruebas, tenés que ser James Bond. Le tenés que sacar una foto fumando y él puede argumentar que es un cigarro armado. ¿Vos como periodista le vas a pedir a un jugador que se haga un análisis de sangre? No podés. Entonces, va a perder una demanda terrible. Y el enojo de Messi también viene porque el Pocho Lavezzi, que fue compañero mío en San Lorenzo, es su amigo. ¿Es verdad que le pegan a la Selección? Sí. ¿Merece que le peguen? Sí. Cuando jugás mal, los periodistas tienen que decirlo. Este semestre de Godoy Cruz no ha sido bueno. Cuando leo los diarios, las crónicas no son buenas. Ahora, mal estaría que las crónicas fueran buenas. El partido contra Olimpo fue pésimo, y si yo leía que merecíamos empatar, estarían mintiéndole a la gente y a mí no me serviría tampoco. Quiero leer una crítica donde realmente me marquen algo que quizá yo no vi, pero hay maneras y maneras. Una cosa es decir que el equipo juega mal y otra muy distinta es decir que Higuaín no puede jugar al fútbol. ¿No puede jugar al fútbol, vale 90 millones de euros e hizo 35 goles en el último Calcio en la Juventus?
Ante el alumnado, Méndez puso como ejemplo las despiadadas críticas que recibió Fernando Zuqui hace poco por parte de un reconocido periodista nacido en Santa Fe que “dijo que jugó bien 16 partidos, se alinearon siete partidos y por eso llegó a Boca. Fernando tiene una contracción al trabajo que yo pocas veces vi en un jugador, tiene la mente blindada, juega bien al fútbol y es buena persona. ¿A ustedes no les parecen suficientes argumentos para que juegue en Boca? Lo que dijo este señor es una falta de respeto. Y eso no se puede tolerar”.
Con respecto a esto, el Gallego dejó una enseñanza.
“El jugador se puede enojar con ustedes por una crítica, pero siempre van a reanudarse las conversaciones. De lo único que no se vuelve en una relación técnico-periodista, jugador-periodista, es de una mentira. Y se los digo porque he visto a Chilavert darle un trompadón a un periodista por poner que él estaba gordo, lo cual no era ninguna mentira. Con el tiempo hablaron, se sentaron a hablar y se pusieron de acuerdo. Los dos se equivocaron. Ahora, si vos incurrís en una mentira, el jugador no te la va a perdonar. Además, nunca se peleen con un arquero” (risas).
Y agregó: “Conozco un montón de periodistas que son geniales y buena gente. No tiene por qué existir una guerra entre nosotros. Ustedes están trabajando y nosotros también. En definitiva, siempre que ustedes digan o escriban lo que ustedes entiendan como verdad, será válido. Eso sí, siempre con respeto”, puntualizó.