La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida como EPOC, causa depresión, la cual complica aún más el cuadro y las condiciones de vida del paciente. Su desarrollo está directamente asociado al tabaquismo.
Esta patología provoca una disminución de la capacidad pulmonar, afecta los músculos y los huesos y por lo tanto las posibilidades físicas del paciente, lo que lo lleva a sufrir estas consecuencias psicológicas.
“La EPOC es una enfermedad sistémica y heterogénea, uno lo mira desde los pulmones, pero afecta a todo el organismo. La insuficiencia respiratoria y la pérdida de masa muscular hace que el paciente se deprima porque busca hacer lo mismo que años atrás, pero no lo logra”, explicó el neumonólogo Ramón Alchapar a cargo del Consultorio de Cesación Tabáquica del hospital Lencinas. Se trata de una enfermedad progresiva que no tiene cura pero sí tratamiento y debido al cuadro la calidad de vida es afectada de manera continua.
Sus manifestaciones se presentan en general a partir de los 40 años, pero estas consecuencias psicológicas surgen mayormente cuando está en un estadio más avanzado por lo cual suelen presentarse en pacientes de más de 50 años. “Cuando está en su último estadio y requiere oxígeno se agrava este proceso depresivo”, indicó. Es que, según detalló, a partir de esta edad aún en personas sanas la capacidad pulmonar disminuye entre 5 y 10 cm3 a lo cual se suman consecuencias en el mismo sentido propias de la patología.
El psicólogo Walter Motilla señaló que etimológicamente la depresión quiere decir sin energía mientras que el oxígeno es la fuente principal de ella para el organismo. Por ello, en estos pacientes no sólo aparece depresión, sino también ansiedad y angustia por la falta del recurso vital que es una amenaza permanente contra la vida. Por otra parte, “la angustia en griego significa estrangular y por eso es la sensación de falta de aire permanente”.
Para graficarlo, el especialista indicó que el paciente “suma a las dificultades propias de la enfermedad, una progresiva pérdida de sus capacidades, especialmente de su capacidad vital por la dependencia del oxígeno”. Y destacó que “también complica sus relaciones ya que se va aislando, algunos se avergüenzan de llevar mochilas”.
El componente depresivo también es crónico y progresivo, comparte con la enfermedad las mismas características por lo que se refuerzan y generalmente la depresión termina por agravar el problema pulmonar.
“El paciente con EPOC se enfrenta permanentemente a la incertidumbre de la continuidad de la vida”, resaltó.
De todas formas, Alchapar aclaró que con tratamiento adecuado el paciente se rehabilita y se siente mejor por lo que comienza a salir de este cuadro, por ejemplo con el sólo hecho de poder ponerse ropa deportiva.
Común y subdiagnosticada
Se trata de una enfermedad común, tanto que sobran los ejemplos de personajes públicos afectados. Tal fue el caso del cantante Sandro, la jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay, la actriz Norma Pons y la uruguaya China Zorrilla, que fallecieron por complicaciones de esta enfermedad crónica y progresiva. Otros ejemplos de quienes luchan contra sus consecuencias son el conductor Gerardo Sofovich, recientemente hospitalizado y ya dado de alta, Reina Reech, Aníbal Pachano y Cacho Castaña, quien está internado en estado grave (ver aparte).
Está directamente relacionada con el consumo de tabaco. Hace algunos años la estimación era que 20% de los fumadores la desarrollan, Alchapar mencionó que actualmente se ha superado esta proporción debido a las mejores herramientas para su diagnóstico. Se asocia a este consumo en 95% de los casos, 1% al déficit de una enzima debido a una falla congénita mientras que también pueden resultar afectados quienes aspiran de manera prolongada humo de biomasa de leña o carbón (por ejemplo quienes suelen cocinar con estos métodos).
Pero uno de los principales problemas para atenuar sus consecuencias es el subdiagnóstico: se estima que 8 de cada 10 EPOC no saben que lo son por lo cual llegan al tratamiento en un estadio avanzado. Es que por falta de información o una cuestión cultural, se cree que la tos o la falta de aire es propia del fumador sin considerarla un síntoma de enfermedad. Por ello, se recomienda que todos aquellos que tengan el hábito del tabaquismo se realicen controles luego de los 40 años.
El chequeo es sencillo y consiste en una espirometría, un estudio indoloro, rápido y sencillo, que permite conocer la salud respiratoria midiendo los flujos y capacidades pulmonares a través de un soplido.