Anteayer Abuelas de Plaza de Mayo anunció el hallazgo de la nieta 127 y ayer llamó a una conferencia de prensa para comunicarlo formalmente. La mujer, hoy de unos 40 años, es hija de una mendocina, María del Carmen Moyano, y un sanjuanino, Carlos Simón Poblete.
"Muy emocionados"
Marcela, hija de Adriana Moyano y por lo tanto prima de la nueva nieta identificada, contó lo que siente en este momento la familia: “Estamos todos muy emocionados, es un milagro que haya aparecido, si bien estábamos en la búsqueda no imaginábamos esto; es todo muy repentino”. Contó que unos días antes antes ya había comentarios sobre esta posibilidad y el miércoles Estela de Carlotto los llamó para confirmarlo.
“Mi mamá está como en shock, debe sentir emoción, alegría, dolor, un montón de sentimientos encontrados; mi mamá nunca supo nada más de su hermana, nunca la enterró, son sentimientos muy fuertes y de pronto encuentra a su sobrina, que es como mantenerla viva”.
Su historia
Algunas amigas suyas y compañeras de militancia relataron a Los Andes detalles de su vida, su personalidad y lo que se sabe del último tiempo antes de su desaparición.
“Pichona”, como la llamaban, había nacido en Godoy Cruz, Mendoza, el 9 de mayo de 1954. Fue al colegio Normal de Ciudad, de donde egresó.
Luego inició sus estudios de Farmacia en la Universidad Juan A. Maza, donde conoció a Beatriz. Ninguna de las dos terminó el cursado. Juntas comenzaron la militancia.
“Era una persona risueña, amigable, todo el mundo la quería y era la característica por la que sobresalía”, recordó Betty.
“Pese a su militancia también cuidaba a su sobrino, hijo de su hermana mayor”, comentó, y agregó que el papá, don Pancho, falleció bastante tiempo después, hace unos 5 años.
María hacía trabajo social con un sacerdote y luego comenzó su militancia en el peronismo de izquierda.
“Era una mujer sumamente íntegra”, destacó otra de sus amigas. Contó que por su militancia en Montoneros y por cuestiones de seguridad tuvo que ser trasladada a San Juan, donde continuó su trabajo.
Allí lo conoció a Poblete, quien también era referente de Montoneros en la zona. Se queda embarazada y al sentir que corrían riesgos fueron trasladados nuevamente, esta vez a Córdoba, donde terminaron detenidos y trasladados al nefasto centro La Perla. Allí se pierde el rastro de Carlos.
Mientras que ella fue trasladada a la ESMA, donde había una maternidad clandestina.
“De la pareja rescato fundamentalmente su compromiso, su entereza, la solidez y lo compañeros que fueron”, comentó.