La elección legislativa, otra vez fue un karma para el peronismo

Por tercera vez consecutiva obtiene un resultado adverso en los comicios de medio término. Y nuevamente por una diferencia de 20 puntos.

La elección legislativa, otra vez fue un karma para el peronismo
La elección legislativa, otra vez fue un karma para el peronismo

Por tercera vez consecutiva el peronismo, en frentes de diversa denominación, pierde una elección de medio término. Por tercera vez los resultados dieron una diferencia de alrededor de 20 puntos en favor del radicalismo encabezando distintas fuerzas.

Esta vez el frente peronista fue Somos Mendoza y el radicalismo está en Cambiemos/Cambia Mendoza y esta vez el resultado, con el 99% de las mesas escrutadas, fue 45% a 25%.

En las tres elecciones comparadas, Omar Félix ha sido protagonista. En 2009 Félix era parte de un tándem con Adolfo Bermejo, quien aspiraba a una banca en el Senado de la Nación y Félix encabezaba la lista de diputados nacionales; en 2013 iba segundo en la grilla de aspirantes a la Cámara baja detrás de Alejandro Abraham.

Esta vez Félix fue el primero de la lista y sin socios en las candidaturas: en esta elección Abraham y Bermejo buscaban un lugar en el Senado provincial, por el Primero y Segundo distritos, respectivamente.

Otra diferencia con aquellas elecciones es que si bien el peronismo perdía en toda la provincia, Félix siempre podía argumentar que la fuerza ganaba en su distrito electoral (el Cuarto) y en San Rafael, su pago chico. Esta vez Somos Mendoza perdió el distrito por poco más un punto, 45,45 contra 44,43 (con 99% de las mesas escrutadas en los tres departamentos del Sur).

En tanto, en su San Rafael natal, Félix también perdió: 45,11% de Cambiemos contra el 44,50 de Somos Mendoza.

Otro dato llamativo es que Somos Mendoza sacó 9 puntos menos que en las PASO de agosto cuando el escrutinio definitivo sumaba 34%.

Desde temprano empezaron a llegar dirigentes al búnker de Somos Mendoza, pero faltaba algo que suele caracterizar al peronismo: la militancia.

El clima ya se palpaba. Desde antes que empezaran a darse a conocer los datos oficiales del escrutinio, se notaba en el ambiente la pesada carga del mal presagio.

Sin embargo, se cumplieron los rituales. Mientras en el búnker de Cambiemos se empezaba a anunciar la victoria, poco antes de las 20 el intendente de Lavalle y vicepresidente del PJ, Roberto Righi, indicaba que “los resultados definitivos no los tenemos. Vamos a esperar”.

El senador Luis Böhm reforzaba: “Todos ustedes vivieron lo que fue el escrutinio de provincia de Buenos Aires en las últimas PASO. Ese caso da suficiente argumento para que seamos serios y respetuosos de la ciudadanía. Y ser respetuosos de la ciudadanía es contar los votos de los ciudadanos, no escuchar las declaraciones de dirigentes políticos ni la opinión de los periodistas”.

En ese momento, Righi sacaba a relucir los resultados en su departamento, donde Somos Mendoza obtuvo una victoria.

Mientras el silencio ganaba el espacio, a las 21 empezaron a publicarse los datos oficiales y comenzó la agitación en la prensa. Empezaba a trascender que el peronismo ganaba apenas en tres departamentos: Lavalle, Malargüe y Tunuyán. Los únicos intendentes que salvaban la ropa.

Casi hora y media después, a las 21.20, Omar Félix salía a reconocer la derrota de Somos Mendoza. “Quiero felicitar a Claudia Najul. Han hecho una elección que, más allá de los porcentajes, no es reversible”.

El candidato y presidente del PJ agradecía a toda la militancia y asumía la responsabilidad por el resultado obtenido: “Siempre las responsabilidades las tiene que tomar quien está a la cabeza de las listas”.

Ese esquivo voto urbano

En la comparación con elecciones similares anteriores surge una diferencia con las de 2009 y 2013. Ayer, en el Primer Distrito electoral (conformado por Capital, Guaymallén, Las Heras y Lavalle) Somos Mendoza salió tercero, detrás de Cambiemos y del “reaparecido” Partido Intransigente (PI).

Ese dato, en comicios anteriores, era impensable, sobre todo por la fortaleza del justicialismo en departamentos populosos y de tradición peronista como Guaymallén y Las Heras.

Podría arriesgarse que el voto de Cambiemos es eminentemente urbano y esos departamentos tienen ese carácter, al menos en sus zonas más densamente pobladas.

Otra hipótesis es que la estrategia territorial del peronismo, que basa su fuerza en los intendentes, viene fallando.

Ese modelo del PJ se volvió inapelable desde el ‘95, cuando los caciques departamentales sacaron más votos que el candidato a gobernador, Arturo Lafalla.

Hoy, si bien vale reconocer las victorias en los pagos chicos, claramente el PJ funciona como una federación de partidos municipales y parece carecer de una buena estrategia global.

Ayer se mencionaba la “volatilidad” del voto que en las PASO fue más generoso con Somos Mendoza y ayer le dio la espalda. Incluso más, había sorpresa porque en todas las mediciones se repetía el escenario de agosto, cuando llegó a los 34 puntos.

Félix decía “el pueblo no se equivoca”. Tal vez poner al adversario como dueño del ajuste y de otros males para el pueblo fue una estrategia poco conveniente cuando los datos parecen mostrar que el clima social es otro.

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