En la semana que pasó, los líderes financieros de toda América Latina celebraron la reunión anual del consejo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Mendoza. Ahí discutieron las posibles soluciones a los mayores desafíos de la región - salud, energía, empleo - y cómo financiarlas.
Hoy por hoy, la educación es uno de los mayores desafíos en nuestra región. En los últimos 25 años, hemos ampliado considerablemente el acceso a la educación, pero muchos de nuestros niños no están aprendiendo lo suficiente ni con la calidad adecuada. Según una encuesta reciente realizada por IPSOS, el 56% de los argentinos considera que la educación es peor que hace diez años.
Una evaluación del Programa para la Evaluación de Estudiantes Internacional (PISA, Program for International Students Assessment) de 2015, realizada a alumnos de 15 años en 72 países sobre su desempeño en matemáticas, lectura y ciencias, reveló que los estudiantes de América Latina están por debajo de gran parte de los estudiantes del mundo. Este bajo rendimiento, a su vez, evidencia enormes desigualdades de ingreso, género, así como geográficas y étnicas. Según el Informe de
Seguimiento de la Educación en el Mundo de la Unesco, mientras que 83% de los niños de las familias más ricas de América Latina y el Caribe terminan la escuela secundaria, solo el 29% de los niños de las familias más pobres lo hacen.
Somos parte de una crisis educativa mundial. Según el informe the Learning Generation de 2016, para el año 2030 más de 800 millones (la mitad de los jóvenes del mundo) podrían abandonar la escuela sin tener ninguna calificación de valor para el mercado laboral moderno. El mundo necesita cambios radicales para modificar este destino sombrío.
El cambio puede empezar ya y debe empezar ya. Uno de los principales obstáculos para elevar la calidad de la educación es el financiamiento. Los países de América Latina y el Caribe están dispuestos a aumentar sus inversiones en educación, al igual que muchos donantes internacionales.
La Argentina se encuentra en una posición única para liderar la reforma educativa y la inversión en educación en América Latina. La Argentina encabeza el grupo de naciones del G20 este año, y el presidente Macri ya ha declarado que la educación estará entre las prioridades de su agenda.
En la reunión del Foro Económico Mundial de Davos, dijo acertadamente que le interesa mirar hacia el futuro y “capacitar a nuestros niños para trabajos que aún no existen”.